12 de Agosto.
Diego Ferrer
Todos se fueron a arreglar los últimos detalles para la fiesta del cumpleaños de Alexis. Yo fui el único que no fue porque ni modo de que dejara a mi tomatito solo el día de su cumpleaños, ya que era una fiesta sorpresa.
Como regalo le llevé un oso de peluche, un ramo de rosas rojas y un regalo en papel de regalo rojo con un moño blanco.
Toqué el timbre de la casa y me abrió la puerta la señora Dolores. Le dije que quería ver a Alexis, me hizo pasar y fue a decirle a que yo estaba ahí. Me hizo esperar unos minutos, hasta que al fin bajó las escaleras.
—Lo siento, Diego, pero Alexis dice que no quiere ver a nadie.
Eso se me hizo muy raro.
—¿Le dijo que soy yo quien lo busca?
—Sí, pero aún así no quiere ver a nadie.
—¿Puedo pasar a verlo?
—Es que si te dejo pasar, Diego, Alexis se puede molestar, le dirá a sus padres y ellos se molestaran conmigo por no cumplir lo que él dijo.
—Le aseguro que eso no pasará, en serio.
—Bueno, pasa.
Le agradecí y subí a la habitación de Alexis.
Ahí estaba él, acostado en su cama, con una almohada tapando su cara.
—¡Que no quiero ver a nadie! —gritó.
—¿Ni siquiera a mí, señorito?
—¡No! ¡Vete!
—Amor... —fui a sentarme en su cama al lado suyo y dejé las cosas que le traje en el piso—. ¿Qué le pasa, mi señorito precioso?
—Solo vete, Diego, no quiero que me veas.
—¿Por qué, mi amor? ¿Qué pasa, eh? —quise quitar la almohada de su cara, pero él no se dejó.
—¡No quiero que me veas!
—Pero señorito, soy yo, soy Diego, su love, su novio.
—Por eso no quiero que me veas, ¡estoy hiper feo!
—¿Feo? Mi tomatito no es para nada feo.
—Después de este día, no dirás lo mismo, ¡te lo mega aseguro!
—Es imposible que yo lo vea feo, mi amor. Déjeme verlo, ¿sí?
Poco a poco quitó la almohada de su cara. Tenía varios granitos por toda su cara, mas que nada en la frente.
—Te dije que estoy feo —agachó la cabeza para no verme. Yo le sonreí y besé su frente, sin importarme sus granitos.
—Usted, mi príncipe, está igual de hermoso que el día que lo conocí, incluso mucho más.
—No seas mentiroso, Ferrer.
—No es mentira, amor —acaricié su mejilla—, yo lo veo tan perfecto.
—Pero tengo cochinadas hiper asquerosísimas por toda la cara, Diego —dijo triste.
—El dermatólogo le dijo que es un cambio hormonal y completamente normal por su edad, y más porque no ha tenido una buena alimentación desde hace años.
—Pero es que me salieron muchos, Diego, nunca había tenido así, ¡me siento asqueroso!
—Pero no es asqueroso, mi amor, muchos adolescentes tienen granitos.
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Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔
Teen FictionCuatro adolescentes con diferentes vidas y diferentes personalidades van a tener que enfrentarse con su familia, con la sociedad y con el mundo entero con tal de defender su amor, y así demostrar que no están equivocados, sino enamorados. ¿Podrán lo...