Armando Duarte
Estaba caminando muy tranquilo por la calle, cuando de repente escuché la voz de Josué, así que me giré para verlo.
Josué vestía un pantalón de mezclilla, una camisa blanca y una chamarra café encima.
—¡Oh, por Dios! —dije en voz alta.
—Sé que estoy guapo, pero no pensé que fuera para tanto —se rió.
—¿Q-qué? —dije confundido—. P-perdón, perdón —al darme cuenta de lo que había dicho, muy avergonzado, agaché la cabeza.
—Tranquilo, enano, que tú también te ves muy guapo con esa camisa azul de botones y ese saco negro encima —me sonrió.
—Gr-gracias —sonreí.
—No recuerdo que nunca me hayas dicho: "¡oh, por dios!" al verme —volvió a reír.
—Es que nunca te había visto con esa ropa.
—¿Y te gusta?
—No es mi estilo, pero sí me gusta puesta en ti —inconscientemente relamí mis labios mientras lo veía.
—¿Me estás saboreando o qué? —dijo con voz seductora, poniéndome aún más nervioso.
—¿Q-qué? —pregunté desconcertado.
—Relamiste tus labios mientras dijiste que esta ropa —se señaló— no es tu estilo, pero que puesta en mí sí te gusta.
—Pe-perdón —dejé de verlo. Estaba demasiado apenado—. Olvida todo eso.
—Tu subconsciente te está traicionando, enano.
—Mejor vamos a la prepa —traté de cambiar el tema.
—Ven —agarró mi mano—, quiero que me vean llegando contigo.
—Estoy muy seguro que cuando lleguemos a la prepa, las niñas se te quedarán viendo y vas a soltar mi mano.
—¿Cuándo ha pasado eso, chaparro? —rio—. A mí nunca se me queda viendo nadie, solo tú —se rió—. Pero pues así se me queden viendo todas, yo jamás soltaré tu manita bonita —sonrió.
Yo también le sonreí, y juntos caminamos a la prepa.
* * *
Josué y yo estabamos en el salón de clases, hablando y riendo, cuando en eso entró Alexis, vestido con un pantalón de mezclilla, playera roja y un collar que decía su nombre.
—Hi —saludó.
—Hola Alexis —saludamos.
—¿Qué hacen?
—Nada —respondió Josué—. ¿No has visto a los demás?
—Hace un rato miré a Leslie allá en la cafetería, a Diego y a Fernando no los he visto y a Alexander menos.
—Él no es importante —mencioné.
Alexis solo se rió.
Justo entraron Diego y Fernando. Diego vestía una playera negra, pantalón negro rasgado, tenis Jordan negro con dorado y cadenas en su cuello. Se miraba tan bien que no pude dejar de verlo.
—¿Él también se ve “oh por Dios”? —preguntó Josué.
—¿D-de qué hablas?
—De nada, Armando, nada —rodó los ojos.
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Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔
Novela JuvenilCuatro adolescentes con diferentes vidas y diferentes personalidades van a tener que enfrentarse con su familia, con la sociedad y con el mundo entero con tal de defender su amor, y así demostrar que no están equivocados, sino enamorados. ¿Podrán lo...