Capítulo #29

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Estaba llegando a mi casa, junto con mi amigo Fernando, quien minutos atrás había ido por mí a ese parque.

—Híper gracias por ir por mí y por traerme, Fer. Te llamé porque no conozco mucho esta ciudad y...
     
—Tranquilo, no hay de qué, eso hacen los amigos —me sonrió.

—Aun así gracias, Fer —volví a decir.

—Por nada. ¿Y qué hacías en ese parque tan de noche?

—Eso no importa —agaché la cabeza.

Se me quedó mirando —¿Esa es la cadena de Diego? —preguntó, señalando a mi cuello.

—Sí, lo es —la toqué.

—¿Estabas con él?

Asentí.

—¿Y te dejó solo?

Volví a asentir.

—¿Y por qué hizo eso?

—Conoció a una muchacha en ese parque y... pues... ya lo conoces, es tu primo —bajé la mirada.

—Sí, ya me imagino —rodó los ojos—. Pero tú eres un niño, Alexis, no debió dejarte solo.

Volví a torcer los ojos.

—No te enojes, Alexis, no lo dije en mal plan, pero como tu mejor amigo que dice ser, no debió hacer eso, mucho menos sabiendo que apenas conoces esta ciudad.

—¡Pero yo no soy un niño, Fernando! —dije molesto.

—Nunca he pensado que lo eres. Bueno, nomás ese día que te conocí y te dije bebé, pero fuera de ahí siempre he pensado que eres muy maduro para tu edad. Pero hoy, verte ahí, tan solo, tan desprotegido, tan vulnerable y sentir tu cuerpo temblar por el miedo, me hizo sentir unas ganas enormes de protegerte.

—Yo no suelo ser así como dices, pero hoy sí sentí mucho miedo. Pensé que me iba a quedar ahí y que me harían algo muy malo —comencé a llorar.

Fer me abrazó —¿Te ocurrió algo antes de que yo llegara?

Asentí. Él me apartó un poco para poder verme a la cara y limpiar las lágrimas que corrían por mis mejillas.

—Cuando te estaba esperando, un se…

Fui interrumpido por alguien que decía mi nombre. Se trataba de Diego.

—Diego, ¿qué haces aquí? —pregunté, limpiando mis lágrimas.

—No, Alexis, ¿qué haces tú aquí?

—O sea, esta es mi casa.

—Pero ¿qué haces con este? —señaló a Fernando.

—Te recuerdo que soy Fernando, tu primo.

Diego volteó a verlo —¿Ahora sí eres mi primo? No me has hablado hace más de un mes y tampoco me invitaste a tu fiesta de dieciséis, ¿y ahora sí eres mi primo?

—No hice fiesta, Diego.

—Lo que sea. El punto es que no fui invitado a tu cumpleaños y que no me has hablado, así que no vengas a hacerte el ofendido y a decir que eres mi primo. No te queda.

Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora