Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔

Capítulo #27

Estaba solo y sentado por las jardineras de la preparatoria, hasta que llegó Alexis y se sentó a mi lado.

—Hi —saludó muy sonriente.

—Hola —sonreí—. ¿Y Leslie?

—Se fue con sus amigas, así que aproveché para venir contigo.

—Gracias por venir, y también gracias por defenderme, tanto de Saúl como de mi papá.

—O sea, no tienes nada qué agradecerme. Yo no soporto que te lastimen. Aunque ya no seamos tan súper amiguis y así como antes, me sigues importando mil, Diego.

—Usted también me importa, Alexis.

—Ya no quiero seguir así contigo, Diego, ya no.

—Yo tampoco.

—Entonces seamos amiguis otra vez, seamos brothers.

—¿Eso es lo que usted quiere?

—Solo quiero estar cerca de ti, Diego.

—Pero ¿qué hay con ese beso que me dio?

—Hay que olvidarlo, Diego, no hay que perder nuestra amistad solo por eso.

Olvidarlo será imposible…

—¿Seguro que eso quiere? —pregunté, con esperanza a que dijera que no.

—O sea, tipo fue así como el mejor beso que me han dado en mi corta vida, la verdad, pero tenemos qué olvidarlo.

Agarré su mano —También fue el mejor beso que me han dado —sonreí.

—O sea, ¿un beso de alguien de catorce años te gustó más que los miles de besos que te han dado las muchachas de dieciséis?

—¡Exacto! —asentí.

—Entonces debo besar híper genial —rio.

—¡Excelente! —sonreí. 

La verdad es que Alexis no sabía besar, es obvio debido a su edad, pero fue el mejor beso que me han y que he dado, ya que fue la primera vez que besé a alguien de quien estoy enamorado, y eso es mil veces mejor que cualquier otro beso con cualquier otra persona.

—Entonces... ¿brothers otra vez? —preguntó.

Yo no quería eso, yo quería algo más, quería más que solo ser su “brother”, quería más que solo ser su mejor amigo, quería mucho más que solo eso…

Si esta es la única manera que tengo para estar cerca de él, la aceptaré.

—Brothers otra vez —asentí, aunque con una sonrisa muy forzada.

—Oye, bro.

No quería escuchar esa palabra ya, pero no me quedaba de otra.

—Dime.

—El sábado cumples años, ¿verdad?

—¿Cómo lo sabes? —pregunté con extraño, ya que no recordaba haberle contado sobre mi cumpleaños.