Capítulo #134

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26 de Julio.

A Alexander normalmente no suelen gustarle sus cumpleaños, ya que no está su mamá con él. Aunque su padre cada año procuraba no faltarle ese día, siempre se sentía solo. El vacío que tenía por su madre, era algo que nada ni nadie podía llenar, ni siquiera todo el dinero del mundo, el alcohol, las drogas, el sexo o los lujos.

La visita de su madre hizo que algo cambiara dentro de él, aun la extrañaba, pero ya sentía un poco más de paz al saber que ella lo único que quería era verlo feliz, así que trató de serlo.

Se metió a bañar, se puso un jeans azul marino, una playera negra de la banda “Coldplay” y unos tenis blancos.

En cuanto bajó por las escaleras de la casa, escuchó música, una melodía muy conocida en México, llamada: Las mañanitas”. De pronto aparecieron Armando, Josué, Diego, Alexis, Melanie, Fernando y Eduardo, cantaban y traían regalos y un pastel que sostenían Fernando y Diego. Cuando dejaron de cantar, aplaudieron y gritaron.

—¡Feliz cumpleaños, Alexander! —Armando lo abrazó y después le dio un paquete de gomitas—. ¡Las gomitas son deliciosas!

Alexander se rio por eso y le agradeció.

Josué, Alexis y Melanie también lo felicitaron, le dieron su abrazo y los regalos

—¡Hermanastroooo! —gritó Eduardo mientras iba a darle un breve abrazo—. Te traje una grande y jugosa naranja que agarré especialmente para ti por tus 16 añitos —se la dio.

—¿La agarraste de la cocina? —preguntó Alexander.

—Tal vez —se encogió de hombros.

Alexander solo se rio.

—¡Mi amor! —se acercó Fernando—. ¡Feliz cumpleaños! —le dio un corto beso y lo abrazó.

—Gracias, bebé —le sonrió.

—Mira —sacó una caja cuadrada azul de joyería—, quiero que traigas esto siempre —de la caja sacó una pulsera de oro que tenía en ella las iniciales: “AyF”. Agarró su mano y se la puso en la muñeca—. Quiero decirte aquí delante de todos nuestros amigos, que te amo, Alexander, te amo como no pensé amar a nadie jamás, y no quiero perderte nunca.

—Y yo te amo a ti, Fer, y creeme que nunca me vas a perder —se sonrieron y se besaron.

—No sé por qué no hicimos esto antes —habló Melanie y sacó unos fósforos, con los que encendió las velas del pastel—, pero aun es tiempo. Pide un deseo, Alex.

Alexander lo pensó un poco mientras miraba a su alrededor. Sonrió al ver a sus amigos, a su novio y a su ahora familia.

Deseo nunca perder a esta bella familia que la vida me ha regalado.

Sopló las velas y todos aplaudieron.

—Voy por agua a la cocina. Ya regreso —Alexander se fue.

Mientras Alexander tomaba agua, llegó alguien detrás de él.

—Hola...

Alexander volteó y se encontró con Diego.

—Hola... —sonrió.

Diego se acercó lentamente.

—Solo quería decirte feliz cumpleaños.

—Muchas gracias, Diego.

Se acercó un poco más.

—Quiero hablar contigo, ¿puedo?

—Sí, de lo que quieras.

Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora