Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔

Capítulo #52

Diego Ferrer

Me había levantado exactamente a las 6:00am. Hice todo lo que normalmente solía hacer antes de ir a la prepa. Una vez que terminé, fui al comedor a desayunar, en donde ya se encontraba mi madre.

—Buenos días, mamá —besé su mejilla.

—Buen día, mi amor —me respondió con una sonrisa.

—¿Y papá? —pregunté, sentándome en mi lugar, ya con mi desayuno servido.

—Se fue temprano, tuvo un viaje relámpago de negocios.

Esos supuestos “viajes de negocios” de mi padre, se me estaban haciendo algo sospechosos.

—Oye, mamá, ¿te puedo hacer una pregunta?

 —La que quieras, mi amor.

—¿Por qué sigues casada con mi papá?

—¿A qué te refieres exactamente con esa pregunta, Diego?

—Mami, tú eres una mujer joven, guapa, inteligente, profesional, una de las mejores, más respetadas, premiadas y famosas cirujanas de todo el mundo, hablas distintos idiomas, viajas por todo el mundo, eres una empresaria exitosa, dueña de distintos negocios, como hospitales, y eres la doctora más seguida de toda América y Europa. No entiendo qué haces casada con un hombre como mi padre.

—Primero que nada, gracias por verme del modo en el que me describes, mi amor —sonrió—. Y mira, hijo, hay cosas que vas a entender cuando seas un poco más grande.

—Ya tengo diecisiete años, mamá, y sigo sin entenderlo. Tú y papá no se quieren, o al menos no lo demuestran. Bueno, solo ante las cámaras, pero aquí en casa no.

—Ambos somos personas muy ocupadas, no hay tiempo a veces para demostrar nuestro amor, pero claro que nos amamos.

—Si tú lo dices.

—Ya mejor ponte a comer, hijo, que se te va a enfriar la comida.

Hice lo que me dijo y no dije más al respecto. Pero aún había otra cosa de la que quería hablarle.

—¿Te puedo preguntar otra cosa? No tiene nada qué ver contigo y mi papá.

—Dime entonces.

—¿Tú quieres a Fernando?

—Por supuesto que sí. ¿Por qué esa pregunta?

—¿Y tú lo quieres aun sabiendo sobre su orientación sexual?

—Sí...? —dijo confundida—. A ver, Diego, ¿por qué me haces estas preguntas tan extrañas, hijo? —preguntó y después le bebió a su vaso con agua.

—Porque quiero saber si tú me aceptarías a mí si yo también fuese bisexual como Fer.

Mi madre escupió al piso lo que tomaba y comenzó a toser.

—Mami, ¿estás bien? —me levanté de mi silla, muy preocupado.

—Sí, hijo, no te preocupes.