La doctora examinó a Alexis y le hizo las mismas preguntas que le hizo la enfermera del orfanato, y le contestó con las mismas respuestas.
—Muy bien, Alexis —se quitó el estetoscopio de los oídos y lo puso sobre su cuello—. Te haré unos estudios para ver si todo está bien.
—¿Estudios? —se asustó—. O sea, ¿me van a sacar sangre y así?
—Sí —asintió—, así se hacen.
—Pero yo no quiero, señora doctora, ¡me van a picar y me va a doler! —empezaba a alterarse.
—Tranquilo, no es nada, solo serán unos piquetitos.
—No, eso les dicen a los niños para calmarlos, pero es mentira, lo he visto en películas.
La doctora y la enfermera se rieron un poco.
—Este es el procedimiento que se tiene qué hacer, Alexis.
—Entonces yo quiero a la señora Galia y al señor Raúl conmigo.
—¿Son los señores que están allá afuera?
Asintió.
—Yo los quiero tantísimo.
—De acuerdo —sonrió—. Enfermera —la miró—, vaya por los señores Galia y Raúl, por favor.
—Enseguida doctora —asintió y se fue a la sala de espera, en busca de los señores—. ¿Los señores Galia y Raúl? —preguntó cuando llegó.
—Somos nosotros —decía Galia mientras ambos se levantaban de sus asientos.
—La doctora del paciente que acaba de llegar dice que pueden pasar.
—¿Alexis? —sonrió.
La enfermera asintió.
—Acompañenme —caminó mientras Galia y Raúl iban detrás de ella.
—Mi pequeño —agarró su mano y besó su frente.
—No se vayan ya, por favor —decía llorando.
—Aquí estamos, campeón —Raúl agarró su otra mano.
—Me van a sacar sangre y me va a doler.
—Mi pequeño es fuerte —acarició su frente y cabello—, puede aguantar unos piquetitos y mucho más —le sonrió.
—¿Estás listo, Alexis? —preguntaba la enfermera mientras preparaba todo para sacarle sangre.
—La verdad no —negó, pero luego dio un suspiro—. Pero tengo a la señora Galia y al señor Raúl conmigo, ellos me van a cuidar, ¿verdad? —los miró. Le sonrieron y al mismo tiempo besaron su frente, sin soltar sus manos.
La enfermera agarró el brazo de Alexis y le pasó un algodón con un poco de alcohol etílico.
—Solo relajate y respira. Sentirás un poquito de dolor, pero después pasa.
Alexis hizo lo que la enfermera le indicó. Cuando ella sintió un poco más relajado a Alexis, le metió la aguja y le sacó sangre. Alexis intentaba no llorar, pero le dolía tanto que no pudo evitarlo. Sin embargo, Galia y Raúl estaban ahí con él y en ningún momento soltaron sus manos. La enfermera terminó y le puso un algodón encima.
—En cuanto nos entreguen los resultados, les diremos, ¿sí? —dijo la doctora.
Alexis, Galia y Raúl asintieron mientras la doctora y la enfermera se iban.
—Mi campeón es muy valiente —le sonrió Raúl.
—Pero si lloré, señor —decía secando sus lágrimas.
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Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔
Teen FictionCuatro adolescentes con diferentes vidas y diferentes personalidades van a tener que enfrentarse con su familia, con la sociedad y con el mundo entero con tal de defender su amor, y así demostrar que no están equivocados, sino enamorados. ¿Podrán lo...