Josué Arango
A pesar de que había dicho que las fiestas no me gustaban, esta me gustó porque era una fiesta para mí y me divertí mucho. Hablé y reí con mis amigos, mi novio y mi hermana, incluso llegó Leslie.
Y aunque yo no escucho música que no sean alabanzas cristianas, aun así bailé con Armando.
Me cantaron las mañanitas. Fernando, Diego y Alexis me aventaron al pastel, provocando que me ensuciara de betún toda la cara y el cabello, pero me divertía tanto que hasta eso se me hizo divertido.
Tomé un poco más de alcohol, a Armando esta idea no le parecía, pero al final ya no me dijo
Le dije a Alexis que esa noche dormiría con Armando, ya que nadie estaría en su casa. Cuando llegamos a la habitación de mi novio, yo dejé mis cosas en el piso y me acosté en su cama, y él se sentó al lado de mí.
Estaba cansado y mareado, creo fue por las cervezas que me tomé, no estaba borracho, pero sí sentía como todo me daba vueltas.
—Me siento muy mareado, amor —dije, tocando mi cabeza.
—Te dije que no tomaras, gatito, tú no estás acostumbrado a tomar.
—Pero hoy cumplí años, era un día para festejar y divertirme.
—Puedes festejar y divertirte sin la necesidad de tomar alcohol, Josué.
—Tienes razón, mi niño, por eso te prometo que no lo vuelvo a hacer.
—Está bien —sonrió y se levantó de la cama—. Buscaré algo de ropa cómoda que te quede bien y puedas dormir tranquilo, gatito.
—Amor, los dos sabemos que tú ropa no me queda, pero ni en chiste.
—Pues es que no tengo nada más qué ofrecerte.
—Yo tengo una idea —me levanté de la cama, quité mi chamarra, mi camisa, mi pantalón y todo lo demás, menos mi ropa interior. Una vez que lo hice, volví a tirarme en la cama.
—¿Vas a dormir así? —preguntó con voz tímida.
—Solo así —sonreí.
—Pero gatito, hace frío.
—Entonces hay qué hacer algo para entrar en calor, ¿no crees? —me acerqué más a él y lo comencé a besar con pasión y algo de desesperación. Noté como él estaba nervioso porque muy tímido puso su mano en mi pecho—. Dame mi otro regalo de cumpleaños, bebé. —dije entre besos y continué besándolo.
Poco a poco se iba soltando más y más, me tomó de la nuca y me besaba de la misma manera que yo lo hacia.
Esto cada vez me gustaba más, así que bajé a su cuello y pasé mi lengua por donde podía —Dame mi regalo, mi amor —volví a decir, muy de cerca.
—A ti te doy lo que quieras —puso sus manos en mis hombros y se subió arriba de mí, rodeando mi cuerpo con sus piernas.
La intensidad con la que nos besábamos fue aumentando. Lo llevé a la cama, me puse arriba de él y, con algo de desesperación, me deshice de su ropa.
—Gatito...
Yo besaba por todo su cuerpo mientras lo iba desvistiendo con algo de rudeza. Él me hablaba, pero no hacía caso, ya que estaba muy centrado en lo mío.
—Gatito... no... ahhh... detente... así no.
Ahí me detuve porque obviamente yo no iba a hacer algo que él no quisiera —¿Qué pasa, amor? —pregunté con voz muy agitada y jadeante.
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Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔
Novela JuvenilCuatro adolescentes con diferentes vidas y diferentes personalidades van a tener que enfrentarse con su familia, con la sociedad y con el mundo entero con tal de defender su amor, y así demostrar que no están equivocados, sino enamorados. ¿Podrán lo...