Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔

Capítulo #24

Un mes después...

Diego Ferrer

Después del beso con Alexis, él se distanció mucho de mí y ahora se la pasa muchísimo con Leslie y, obviamente que eso me molesta, sobre todo cuando la besa delante de mí, haciendo como si yo no existiera.

Alexander y yo tenemos una relación, no formal, pero tampoco está basada únicamente en sexo, realmente lo he llegado a querer y me gusta mucho estar con él. Decidí mantener lo nuestro en secreto, debido a que aun no es algo formal.

Armando y yo caminábamos por la prepa mientras hablábamos, hasta que nos topamos con Alexis.

—Hola, Alexis —saludó Armando.

—Hi —saludó a Armando, pero noté que evitaba verme a mí.

—Bueno, tengo que ir al baño. Los veo luego —se fue, dejándonos solos.

Estoy seguro que eso lo hizo con toda intensión.

—Qué onda —saludé.

—Hi —dijo con incomodidad.

—Permiso —me iba a ir, pero al momento un muchacho que estaba corriendo, por accidente, me empujó, haciendo que yo empujara a Alexis. Para evitar que él cayera, lo agarré de la cintura. Al momento de hacerlo, nuestros cuerpos quedaron tan juntos que nos puso nerviosos a ambos—. ¿Estás bien? —le pregunté, viéndolo a los ojos.

Él no dijo nada, solo asintió.

—Cuídate mucho —me fui, dejándolo ahí solo.

Me senté por las jardineras de la prepa. Pensaba y recordaba lo que sucedió con Alexis hace unos minutos atrás.

¿Por qué te metiste tan adentro de mí? ¿Por qué tú? ¿En qué momento? ¿En qué maldito momento esto que siento por ti se volvió tan fuerte? ¡No lo entiendo!

Escuché una voz que me hizo sacarme de mis pensamientos.

—¿Te sientes mal, guapo? —me preguntó Alexander.

—No, bebé —le sonreí, agarré su mano y la besé.

—Si te sientes mal, yo sé cómo hacer que te sientas mejor —sonrió.

—¿Y cómo?

—Así... —me dio un lento, pero candente beso sobre los labios.

Por un momento correspondí, hasta que me di cuenta que estábamos en público.

—Aquí no, Alex —me retiré y miré a los lados para ver si alguien nos había visto.

—Perdón, pero no pude evitarlo.

—No te preocupes, amor —le sonreí.

—Bueno, si no quieres que te bese en público, pues me iré a buscar a otro que sí quiera —se levantó, muy indignado.

Lo tomé de la mano para que no se fuera.

—¿Me quieres poner celoso acaso?

—No creo que te importe mucho si me voy con otro.