Armando Duarte
Casi en cuanto Josué y yo llegamos a la prepa nos encontramos con nuestros amigos, quienes estaban sentados en las bancas de la cafetería. Josué se sentó al lado de Alexis, y yo al lado de Fernando.
—Armando, ¿cómo estás? —me preguntò Fernando.
—Bien —respondí, aunque con algo de incomodidad.
—Te ves muy bonito hoy —me sonrió.
Miré como Josué rodó los ojos e hizo un muy mal gesto.
—Gr-gracias —dije nervioso.
—De nada —tocó la mano que tenía sobre la mesa. Me incomodò bastante, así que la retiré—. Ayer cuando te agarré la mano, no dijiste nada —la tocó otra vez—. Tienes unas manos tan suaves y unos lindos labios.
—Voy a otra parte —se levantó Josué y se fue.
Volví a retirar mi mano cuando miré a Josué irse.
—Voy a la cafetería antes de que toque el timbre —dijo Leslie, levantándose.
—Te acompaño —se levantó Alexis.
—Voy con ustedes —Diego también se fue.
—Ya estamos solos —puso una mano sobre mi pierna.
—Fernando, esto no me está gustando nada —dije con incomodidad.
—Ayer no parecía así.
—Ayer no pasó nada.
—Pero casi.
—Yo no sé qué pasó ayer, pero no te confundas, tú no me gustas.
Se acercó más mientras subía la mano por mi pierna.
—¿No?, ¿y por qué siento que tiemblas cuando me acerco o te toco? —estaba a nada de tocar por mi entre pierna, pero me levanté muy ofendido.
—¡¡YA BASTA!! Te confesé algo ayer que no le había dicho a nadie, ¿y ahora me sales con esto? ¡Estás muy mal, Fernando! —me fui corriendo hasta al salón de clases.
Afuera estaban Josué y Alexander hablando. Me acerqué a ellos.
—Hola.
—Hola —dijo Josué con voz muy seca y sin voltear a verme.
—Josué, ¿podemos hablar?
—Estoy ocupado —volteó a verme—. ¡Con Alex! —su mirada y su voz eran diferentes, nunca antes me había hablado ni visto de esa manera.
Me dolió tanto que me metí lo más rápido posible al salón mientras las lágrimas salían de mis ojos.
* * *
Josué Arango
—Pensé que era tu mejor amigo —me dijo Alexander
—Y lo sigue siendo.
—¿Y por qué lo tratas así?
Bajé la mirada.
—... la neta no lo sé.
—Se ve que le dolió lo que le dijiste. Te pasaste un poco, ¿no crees?
Me sentí mal porque Alexander tenía razón.
—Voy a hablar con él —di la vuelta y entré al aula.
Armando estaba recargado en su pupitre y con sus manitas cubriendo su carita. Verlo así me hizo sentir peor, ya que me di cuenta de la gravedad que tuvieron mis palabras
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Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔
Fiksi RemajaCuatro adolescentes con diferentes vidas y diferentes personalidades van a tener que enfrentarse con su familia, con la sociedad y con el mundo entero con tal de defender su amor, y así demostrar que no están equivocados, sino enamorados. ¿Podrán lo...