One Shots ☯ Teen Wolf

113. Peter Hale

-Tu madre te ha dejado aquí, no se porque, pero estás aquí y al parecer por un tiempo, así que más te vale hacerme caso, no puedes hacer lo que quieras, ¿me estás escuchando?, genial lleva los cascos puestos... - la causa de la verborrea del ojiazul no era ni más ni menos que la presencia de Evelyn en su loft, apartado de todos y diseñado para él y su solitaria vida.

-Creepywolf te escucho aunque lleve cascos, relájate parece que te fueras a morir de nuevo - bromeó la joven de dieciocho años para rebajar la tensión que había entre aquellas paredes.

-No me voy a morir, tuve suficiente con estar una vez ahí abajo...

-¿Entonces es cierto que fuiste al infierno? - lo interrumpió Evie con un entusiasmo contagioso, pero no lo suficiente como para que el antiguo alfa lo sintiera - Cuéntame, ¿viste a Lucifer? ¿es cómo en la serie esa de Netflix o más como en la canción de Lil nas x?

-¿Qué?¿quién es ese tal lilnax? - bufó exasperado por el aura alegre de la joven y se echó en su sofá - Mira, mi casa, mis normas, estarás aquí por diecisiete días, tu madre ha decidido dejarte aquí por alguna razón que desconozco pero bueno ya lo meditaré cuando me duela menos la cabeza...

-Eso es la edad, una siestecita y como nuevo, abuelo - se burló Evie, a cambio recibió una mirada asesina que detuvo su risa e hizo que asintiera en signo de paz.

-Primera regla, no me interrumpas y si estoy callado no me hables - esperó a alguna señal de compresión y cuando la obtuvo prosiguió - Segunda regla, odio que invadan mi espacio por lo que no entres en mi habitación y por obvias razones si estoy en el baño no puedes entrar...

-No pensaba hacerlo, no me van los zombies - cualquiera que escuchara como Evie contestaba al hombre lobo, temería por su vida, pero conocía lo suficiente al ex alfa de su manada como para saber hasta que punto podía bromear con él.

-Muchos de tus noviecitos quisieran estar en mi forma y tener mi conocimiento en ámbitos sexuales, no tengo nada que envidiarle a la juventud - de forma engreída sonrío hacia la joven que le devolvió la sonrisa acompañada de una pequeña carcajada - Tercera regla, nada de noviecitos aquí, tendrás tu propia habitación pero no entra en mis planes de futuro encontrarme un tío en poca ropa saliendo de ella.

-De acuerdo, entonces déjame salir de noche, la abstinencia tampoco entra en mis planes de futuro - ante la cara de desagrado de Peter, ella solo pudo reír.

-Tampoco es que me hiciera falta saber tu vida sexual Evie, por el amor de dios - se quejó levantándose del sofá - Creo que esas son mis reglas, no me falta nada importante, de sobra está decir que la luna llena es es diez días, ambos la pasaremos aquí por si acaso te descontrolas - la voz de Peter con esto último tomó un tono más suave y comprensiva.

-Sí, claro, como siempre - ya no había ningún deje de burla en su voz, ambos sabían que en ese momento su lado salvaje solo los necesitaba al otro y que mientras estuvieran juntos, estarían bien.

Entonces Peter fue capaz de entender qué hacía aquella joven en su loft, porque no la había dejado en ninguna otra casa o porque no se había quedado sola, la luna llena estaba cerca y la madre de Evie sabía que su hija necesitaría al mayor y que Peter necesitaría la compañía de la menor para sobrellevar los días de antes a su molesta familia.

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Los primeros días fueron graciosos, pues ninguno se acostumbraba a la presencia del otro y, o bien se chocaban por las mañanas en la entrada del baño o a Peter se le olvidaba esperar a la menor para almorzar. Hubo una vez donde ella salió del baño solo con la toalla puesta ya que pensaba que estaba sola debido al silencio que reinaba en el loft, para toparse en mitad del salón con la mirada penetrante del hombre lobo.