114. Peter Hale

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OS 113

Habían pasado unos días desde aquel suceso. Evie no se había quedado sola en ningún momento a petición propia, la luna llena estaba cada vez más cerca y seguía asustada por lo que prefirió tener compañía siempre.

Malia se había prácticamente mudado al loft de su padre, dormía todas las noches con la rubia y pasaba los días en el salón conversando con ella y su progenitor. Evie lo agradecía y Peter en parte también, no quería ver mal a la joven pero tampoco sabía cómo ayudarle.

-Evie, vamos arriba esta noche es luna llena, hay que salir a correr para desfogar - la castaña tironeaba del brazo de su amiga, la cual se negaba a abandonar el calor que le proporcionaban las sábanas.

-Malia, no quiero, ve tú, yo no tengo que desfogar, ya estoy cansada - la coyote se rindió y salió al pasillo encontrándose con la solución.

-Peter por favor, saca a tu ancla de la cama, tiene que venir con nosotros y no quiere.

-Típico de esta juventud, un amor irremediable por las camas, si al menos hicierais algo más pero solo las usáis para dormir - la verborrea que estaba soltando el hombre lobo a la vez que entraba en el cuarto de la joven era completamente intencionada y tuvo su resultado en cuanto se detuvo frente a la cama de la rubia.

-Peter son las ocho de la mañana, deja de hablar como un señor mayor - la mujer lobo lanzó el cojín al ex alfa fallando en su intento de darle.

-Buenos días dormilona - se acercó a la ahora levantada chica y besó su cabeza dulcemente - vamos a correr un rato anda, esta noche me lo agradecerás.

-Buenos días señor anciano.

Una vez los tres estuvieron alistados y en ayunas salieron por el bosque a las espaldas del loft de Peter. El mayor iba a su ritmo, mientras que las más jóvenes se molestaban entre ellas por ganar una carrera inventada sobre la marcha.

Para Peter esto no era algo necesario, a su edad ya sabía cómo llevar las lunas llenas, pero también sabía que Evie necesitaría estar calmada una vez la noche se hiciera presente. Estos días habían pasado tensos en cuanto a la relación de la joven con su yo salvaje y Peter temía porque eso afectara en algo esa noche.

-Chicas, damos la vuelta - cuando el ojiazul abandonó sus pensamientos ya estaban a bastantes millas del loft por lo que decidió regresar, pero las menores no estaban en su campo de visión - ¿Os olvidáis que soy hombre lobo y puedo percibir vuestro rostro y vuestras aceleradas respiraciones?

En cuanto terminó de hablar, un peso se abalanzó sobre su espalda, obligándolo a tomar las piernas de su "atacante" para que no cayera - Buuu.

-Te consideraba más madura - golpe bajo para la rubia que borró su sonrisa de su cara y se bajó sin cuidado de la espalda del mayor para posicionarse a su lado esperando a su mejor amiga - Ey que era broma, no te lo tomes a pecho.

Peter pasó su brazo por los hombros de Evie - Ya se que era una broma - dice con un poco de enojo en su tono de voz, el ex alfa no puede llegar a comprender qué le pasa, y si lo hace prefiere atribuirselo a su mente que le juega malas pasadas.

-Volvamos - decide interferir en la charla de la pareja de anclas, Malia si veía lo que ellos no, lo veía en su padre y en su amiga, en cómo se miraban, en cómo actuaban con el otro. Era tan visible que solo no sería visto por unos tontos como ellos.

-Veamos una peli - propuso la coyote una vez terminaron el silencioso y tenso desayuno que habían preparado entre los tres.

-Iré a leer a mi cuarto, hagan lo que quieran, si me necesitan avisen, de algo tiene que servir ser hombre lobo - bromeó sarcásticamente Peter.

Y así pasó la mañana, las jóvenes viendo películas y el mayor aislado en su cuarto pensando en cómo había llegado a enamorarse de la mejor amiga de su hija que a su vez era su ancla.

-Peter, me tengo que ir, tienes suficiente con controlar un lobo en prácticas como para soportar también un coyote en prácticas - durante el almuerzo habló Malia.

-¿Te quedarás con Derek? - ante el asentimiento de su hija, se sintió tranquilo, no quería que le pasara nada y sabía que con su sobrino estaría bien.

Con la caída de la tarde, llegó la noche y a través de los grandes ventanales se podía observar la bella luna en su máximo esplendor - Peter - dijo la rubia echada en el sofá con la respiración agitada.

Llevaba unas horas nerviosa, casi desde la ida de Malia, pero en los últimos veinte minutos sus colmillos habían empezado a aparecer acompañado de sus garras, ya había repetido el mantra varias veces, acompañada de la penetrante mirada de Peter que se acercaba cada vez que se lo pedía, tal y como había hecho ahora.

-Dime - se posicionó a su lado, al ver que sus anatomías lobunas seguían guardadas sonrió orgulloso - Lo estás haciendo muy bien Evie.

-Me duele todo - se quejó respirando con dificultad - odio esto Peter - una lágrima rodó por su mejilla, rápidamente fue retirada por el dedo del mencionado.

-Ya está cariño, solo es hoy, mañana estarás mejor ya verás - tomó el cuerpo débil entre sus brazos para así colocarse él sentado en el sofá, apoyó a la joven en su pecho. Evie se acurrucó buscando escuchar el pausado corazón de su ancla.

-Tu corazón, no va lento, ¿qué pasa?

-Nada Evie, ya hablaremos en otro momento - la mirada de la rubia seguía puesta en él - lo quieres saber ya, ¿no? - ante la afirmativa decidió sincerarse un poco - no me gusta verte así de mal...

-Lo siento debería saber controlarme después de tanto tiempo - y Peter se arrepintió de haber escogido aquellas palabras,

-Pero no es eso por lo que mi corazón va así de rápido, Evie estás en mis brazos, estamos muy juntos, no sé...

-Perdón, seguro quieres tu espacio - y estaba pasando lo que siempre les pasaba, había una falta de compresión entre ambos, ninguno quería pensar que el otro decía las cosas con un matiz romántico.

-No tampoco me refiero a eso, dios Evie, me gustas muchísimo por eso me pone nervioso tenerte en mis brazos abrazada - y hubo un silencio, ya no había luna llena ni partes salvajes descontroladas, solo estaban ellos dos mirándose fijamente, sin creerse que eso estuviera pasando, tras tanto tiempo imaginando con que aquel momento llegara.

Peter se esperaba un rechazo, que ella se apartara y se encerrara pensando lo peor de él, pero al sentir sus labios presionando lo suyos pudo declararse muerto de nuevo, solo que esta vez estaba en el mismísimo cielo.

-Tú también me gustas - habló Evie tras separarse de él - Creo que esta noche si serías una gran compañía de cama - incorporándose del sofá soltó aquellas palabras que dejaron al hombre lobo estático en el sitio - ya sabes por eso de que eres mi ancla y hay luna llena, mañana ya si quieres discutimos las nuevas normas de convivencia, pero hoy podemos romper la de que ningún chico entre en mi habitación.

-¿Estás segura que quieres eso?, ¿no es parte del efecto de la luna llena?

-Peter Hale me llevas gustando desde el día en que te ví, no creo que todos esos días hayan sido por el efecto de la luna llena, así que tira para mi cuarto que no quiero dormir sola - sentenció la rubia, sonriendo victoriosa al ver como el ex alfa obedecía sus órdenes y se dirigía a su habitación.

No pasó nada más aquella noche, ambos durmieron acurrucados sintiendo el corazón del contrario latir nervioso por la cercanía pero a la vez relajados al saber que se gustaban mutuamente y que les esperaba un futuro juntos donde ya tendrán oportunidad de pasar otras lunas llenas de otras formas. 

One Shots ☯ Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora