46. Malia Tate

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Maratón 3/8

-Malia, que sólo están asustados, deja a los perros - le grité a mi amiga que estaba empeñada en que los perros de mí vecina querían matarla.

- Me quieren matar, yo los entiendo, tú no - volvió a quejarse.

-Claro porque ahora eres un perro, bueno al menos las ganas de matar serán mutuas - me tiré en mi cama y miré el techo esperando que Malia se cansara de gruñirle a los pobres perros.

De pronto me sobresalto al escuchar un gemido de dolor, me había quedado dormida y mi querida amiga Malia, no estaba en mi habitación, salí corriendo hacía el patio trasero.

Al salir no pude hacer otra cosa que descojonarme, mi hermano Theo estaba agarrando a su novia, que viene a ser Malia y Liam, mi novio estaba agarrando a uno de los perros de mí vecina.

-¿De qué te ríes? - dijo Malia enfadada - Casi me mata el bicho ese - infantilmente le sacó la lengua al perro.

-Liam, amor de mis amores, me cuentas que leches le ha pasado al perro - dado que este estaba ladrando y algo alterado, Liam señaló al otro perrito, estaba en el suelo y su pata estaba dañada - Malia, ¿tú estás mal?, como coño te atreves a atacar al perro.

Malia sólo agachó la cabeza y Theo se la llevó dentro de casa -Al parecer son parejas - habló Liam refiriéndose a los perros.

-Puede ser - me acerqué al que estaba dañado y el otro me gruño, definitivamente tenían una unión - De hecho, lo son, si mal no recuerdo tuvieron una preciosa camada hace 7 meses.

-Son 2 pastores alemanes grandes, sin duda serían preciosos - asenti, gracias a mi fuerza de lobo pude coger a la perrita y la llevé al coche.

-Liam trae al macho, ambos al maletero, los llevaremos con Deaton - él sólo asintió.

Una vez en la clínica veterinaria, Deaton ayudo a la perrita bajo la atenta mirada del segundo pastor aleman.

- No tiene nada roto, se habrá lastimado al caer o al darle Malia - asenti y miré al macho, este movió su cabeza en forma de agradecimiento.

Al rato de estar en la veterinaria, Malia venía llorando y me abrazó fuertemente.

- Lo siento mucho - susurró en mi oído.

- No le has hecho nada, tranquila - acaricie su espalda.

- Te quiero mucho amiga - apreté su cuerpo.

- Yo también, pero la próxima vez, piensa que ellos están más indefensos - asintió.

Después se pasó toda la tarde cuidando de la perrita, aunque de vez en cuando recibía un gruñido del otro perro en la sala.

One Shots ☯ Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora