One Shots ☯ Teen Wolf

100. Peter Hale

Tras años de espera solitaria, la luna convertida en un hermoso lobo negro, se presentará en los sueños de una bella dama y tatuará su piel con un lobo para marcarla desde su nacimiento y así por fin terminar con su soledad. Pero el sol enfadado con la luna, competirá y luchará para que esto no ocurra. El sol se quedará devastado, tras tan enorme pelea y la luna, bueno ella huyó.

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El parto había sido muy doloroso para la luna del alfa por lo que una vez que escuchó el sonido de su llanto, relajó todos sus músculos, permitiéndose a sí misma descansar, a pesar de que unos gritos lejanos le pedían que siguiera despierta -No, Rose, no te duermas, no cierres los ojos - gritaba el curandero de la manada, más ella hizo caso omiso y se dejó desfallecer

-Señor, tiene una marca - el mencionado abrió los ojos sorprendido y sin poder creérselo, él mismo fue a ver a la pequeña, la cual poseía una monita marca que simulaba la silueta de un lobo.

- Es ella, ella es la de la leyenda - dijo demasiado alto por la emoción, llamó la atención del hombre que lloraba.

-No puede ser, ella no puede ser la de la leyenda, no puedo perderla a ella también - el hombre lobo tomó de forma brusca a la bebé de los brazos del curandero, dejando a este algo sorprendido.

-Mi alfa, pero la leyenda.... - el nombrado solo negaba mientras apretaba a su hija contra su pecho de forma posesiva.

-La leyenda dice que será protegida por el sol para que la luna no se la lleve, así que yo seré ese sol- agarró sus pertenencias y se llevó a la bebé de allí, está miraba con una sonrisa a su padre.

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-Papa me pica la espalda - se quejó la pequeña Allison entrando al salón donde su padre estaba reunido con uno de sus betas. La niña de 7 años le enseñó a su progenitor la parte que le molestaba, este rozó la zona donde se encontraba su característica marca y notó que estaba realmente caliente.

-Ve y echate agua corazón - Alli obedeció a su padre e hizo lo que le había dicho, tras hacerlo le seguía picando y para no molestar más a su padre, decidió remediarlo por si misma, saliendo de la casa a escondidas, cosa que tenía prohibida, y caminando por el bosque que rodeaba su hogar, agradeciendo el frescor que chocaba contra su espalda cubierta por la suave tela de la camiseta.

Cuando ya estaba bien adentrada en el bosque, aspiró profundamente el olor a naturaleza y escuchó a lo lejos un sonido, parecía un jadeo, ella pensó que se podría tratar de un perro o de algún beta descarrilado. Se acercó hacia el ruido constante, notando como su espalda volvía a escocer de forma molesta - ¿Hola?

El crujido de las ramas en el suelo asustó a Allison, que dió un respingo y puso todos sus sentidos alerta, sacando con rapidez sus garras, el crujido volvió a sonar, la niña se giró sobre sí misma, ante ella un gran lobo negro la miraba curioso, en ese momento ella sonrió inocente y se acercó a tocarlo como si fuera un perrito -Hola lobito.

Este se dejó acariciar para después huir corriendo sobre sus cuatro patas, causando una leve risa en la pequeña, y cuando estaba a punto de seguirle recordó porque estaba allí, por lo que corrió hacia su casa, esperando que su padre no se hubiera dado cuenta de que no se encontraba allí.

Al llegar a su casa, intentó entrar por la puerta trasera, encontrándose la sorpresa de que su padre la esperaba allí con el rostro serio - ¿Quién te ha dicho que podías salir?, ¿No sabes de sobra que tienes prohibido salir de casa si no es conmigo?¿Y si te hubiera pasado algo?¿Qué hacías fuera? - la niña ante el tono severo de su padre hizo un puchero con sus labios - ¿Has visto a alguien? - negó con rapidez, dejando de lado a su nuevo amigo lobuno.