One Shots ☯ Teen Wolf

17. Isaac Lahey*

El verano había llegado con fuerza, y no podía hacer mas calor en mi casa, agradecería tener una piscina en casa, pero el sueldo de mama no da para tanto, así que me conformo con pasear semidesnuda por mi casa, mi hermano es mayor y eso pero entre nosotros no hay nada sexual.

Scott Mcall, el adolescente deseado por todas las tías del colegio es mi mellizo y me lo paso bastante bien cuando veo que todas quisieran poder estar tan cerca como yo de él.

-Scott, Scott, mama te llama - grité a la vez que habría la habitación de mi hermano, era consciente de que era un hombre lobo y de sus amigos hombres lobo, la verdad es que todos estaban increiblemente macizos.

-Catherine, tapate hay visita - y así era, Isaac Lahey, aquel rubio que sacaba suspiros de mi boca cada vez que sonreía, estaba delante mía y para colmo yo estaba semidesnuda - Isaac deja de babear - el joven apartó la mirada y se sonrojo.

-Sabes que en verano siempre voy en ropa interior, avisa para la proxima no me de por ir sin sujeetador - provoqué al rubio que sonrió con la mirada baja - Espero que te hayan gustado las vistas cachorro.

-Sí, porque será la última vez que las veas - dijo Scott enfadado.

-No hagáis travesuras sin mi niños - dije sonriendo, a la vez que cerraba la puerta.

Cuando bajé mama me regañó -Pobrecillo, seguro que le iba a dar algo.

-No creo, es demasiado prudente - dije agachando la mirada, siempre que coqueteaba con él se quedaba callado.

-Y tú demasiado imprudente hija, van a estar todo el día aquí así que ponte algo.

-¿Van?

-Sí, vendra toda la manada, al parecer tienen cosas de las que hablar, Isaac ha sido el primero en llegar, pero vendran todos y no creo que sea buena idea que una jovencita este paseandose a sus anchas en ropa interior por una casa llena de adolescentes hombres lobo - mi madre tenía razón, debía tener cuidado, era jovenes hormonados y encima hombres lobos, todos no actuarian como Isaac.

-Iré a cambiarme - dije y subí a por unos pantalones y una camiseta de tirantas.

La segunda vez que bajé ya estaban todos, Isaac paso por mi lado y me susurró.

-Gracias a Dios, no hubiera soportado que todos te vieran como estabas antes, y tampoco hubiera controlado mi lobo si seguías así - me había sorprendido, que digo estaba que me tiraba a su boca, pero si lo había susurrado era por algo.

-Ya hablaremos cachorro- dijo tocando su brazo y dirigiendome a la manada.

No podía más me iba a dar algo, había como 7 personas en mi salón y todos emanando calor corporal, me iba a desmayar y lo veía venir en un futuro muy cercano.

-Chicos me va a dar algo, con permiso- pero antes de que me fuera a levantar, me tuve que volver a sentar, me había mareado.

-Isaac llevala arriba, en su habitación hay un ventilador, enciendelo - dijo Scott, esto era en serio, mi hermano me habia mandado a una habitación sola con él - dejala que se ponga como esta mañana - dijo como última petición.

Isaac me cogió en brazos y subió las escaleras- Mi hermano esta loco - dije cuando entramos en la habitación.

-Es una prueba, me esta poniendo a prueba, no puedo tocar a su inocente hermana - dijo cerrando la puerta y encendiendo el ventilador tal y como le había pedido mi hermano.

-Pues yo no se de que hermana me estas hablando porque yo de inocente no tengo ni un pelo - dije quitandome la ropa, se sentía en la gloria estar sin nada puesto, aunque me sobraba una prenda que anelaba con que sus manos laa quitaran.

-Ah - gemí sin querer al pensar en ese inocente muchacho haciendome todas las travesuras que mi mente podía imaginar.

-¿Estas bien? - preguntó al escucharme.

-Mejor que nunca cachorro - dije lentamente, necesita muchisimo estar piel con piel, su mirada repaso todo mi cuerpo, mis piernas temblaron al escuchar un gruñido de su parte, sexy, esa palabra se posó en mi mente al oirlo.

-No hagas esto por favor, no quiero broncas con tu hermano - suplicó, le faltaba ponerse de rodillas, sus ojos por un momento brillaron de amarillo.

-No estoy haciendo nada, confío en tu autocontrol - haablé y me empecé a acercar, toqué levemente su mejilla pero se apartó.

-Por favor - volvió a suplicar.

-No haras nada que no quieras hacer - dije dandome la vuelta para quitarme el sujetador, pero una presencia en mi espalda y un bulto en mi espalda baja me detuvieron.

-Si das ese paso, no habrá vuelta atrás, tu hermano esta abajo con toda la manada, no es necesario - pero ya era demasiado tarde, ese bulto le había demostrado que esto no solo lo quería ella.

Hizo caso omiso y soltó el agarre del sujetador - Llevo meses coqueteando contigo, si la única forma de poder probar aunque sea tus labios es que mi hermano este abajo voy a correr el riesgo - dije y me gire para besarlo, para mi sorpresa me recibió encantado, estaba siendo egoista, pero lo necesitaba, Scott se lo había buscado.

Sus besos pasaron a mi cuello, haciendome gemir, Dios, lo que me había perdido.

-Me hubiera gustado que el paso del sujetador lo dieras tu, pero para la próxima ya hablamos - dije riendome, sus besos pararon y su mirada se fijó en mí.

-No deberías de haberlo hecho ni tú - dijo y cuando pensé que se iría, dejandome totalmente mojada, me tiró a la cama y se quitó la camiseta -Segura.

-Desde que te vi -dije y fue lo último que hablamos, tampoco es que pudiera decir mucho un hombre lobo estaba devorandome literalmete mi feminidad, de mi boca solo salían blasfemias y gemidos.

Isaac se encargaba de morder, lamer y subcionar en mi interior, era mi primer oral y estaba en las nubes, jamás me había imaginado a ese inocente rubio de ojos claros tragandose todos mis fluídos.

Después de ese resgarrador orgasmo, Isaac entró en mi, lentamente, me volvería loca a ese ritmo pero era totalmente placentero.

-Muevete más rapido mierda - grité cuando ví que estaba dentro, cuando miré sus brazos, sus venas estaban negras, me estaba quitando el dolor, le cojí la cara y lo besé, este hombre era perfecto y yo lo quería corromper.

Sus venas dejaron de estar negras y empezó a moverse, pero sus labios no se separaban de mi.

-No pienso tener solo sexo contigo - dijo mientrás se movía lento - no pienso ser como tus antiguos lios - y lo siguiente lo susurró en mi oido - Yo voy a hacerte el amor - dijo para seguir moviendose.