One Shots ☯ Teen Wolf

30. Derek Hale

Lo que hacen las chaquetas de cuero, consigues verte intimidante y sexy a la vez, si no que le pregunten a Derek Hale, porque si ya de por si es intimidantemente sexy, con una chaqueta de cuero encima te mojas del tirón.

-Derek Buenorro Hale - dije entrando a su loft, no somos nada no, pero me gusta ponerle apodos y hacerle enfadar, aunque si fuera por mi ya me lo hubiera tirado.

-¿Qué te pasa Génesis? - preguntó saliendo de la cocina, llevaba una revista en la mano.

- Me pregunta un amigo que si eres gay, ¿lo eres? - pregunté a la vez que me tiraba al sofá.

-¿Importa?, y a parte, ¿te parezco gay? - preguntó pero parecía más como una burla, pues se reía.

-Te veo amargado y solitario, pero gay, lo que se dice gay, No- dije marcando el NO, y es que a mi no me interesaba que fuera gay, y a mi supuesto amigo tampoco.

-Entonces, ¿porque jodes con eso? - preguntó y se sentó en el sofá frente al mío.

-Porque me gusta molestarte, ¿ puedo hacer una pregunta sería?

- ¿No tienes nada mejor que hacer? - preguntó levantando la mirada de la revista, mirándome fijamente.

- No me intimidas - dije y volvió a leer - Y no, no tengo nada mejor que hacer - mentira mañana tenía examen, y el sabía que estaba mintiendo, pero lo dejó estar -¿Por qué eres tan amargado, tan sourwolf?

-¿Me consideras amargado? - rebotó la pregunta.

Me levanté y fui en su dirección, me senté en la mesilla que había, quedando muy cerca suyo, pero con la distancia justa para que no hullera.

-Te considero una persona cerrada, y sinceramente, desde que te conozco he intentado que te abras, pero hay veces que me doy por vencida, aunque creo que lo notas, porque en ese momento, haces algo que me da esperanzas. Como cuando no te hablé en todo un día, al día siguiente, cuando te vi, hiciste una broma y te triste conmigo, o cuando en mi cumpleaños, sólo te acordaste tu - dije sonriendo con melancolía, pero eso ya no era así, volvía a ser cerrado, mucho más que cuando lo conocí, todo por Kate.

Derek sonrió cuando terminé de hablar, hacía tiempo que no lo veía sonreír, sólo cuando se burlaba de alguien o para desafiar a Peter.

- Gracias por sonreír, lo has vuelto ha hacer, se que jamás lo admitiras, pero sé que tú no quieres que me rinda - dije y apoye mi mano en su pierna, para mi sorpresa fue recibida con agrado.

- No te pases Génesis - dijo, pero mi mano seguía apoyada, quería intentarlo, quería ver hasta donde Derek Hale me permitía, hasta donde podía llegar por ser yo.

Tenía la revista ocultando su rostro, no podía ver su expresión, pero seguí al siguiente paso, coloqué la otra mano, no dijo nada, hablé para ver que pasaba por su mente.

- Si crees que me paso, detenme - ordene, creía que las quitaría, en un momento pensaba que hasta estaba enfadado, pero cuando bajo la revista y en su rostro había una sonrisa, supe que tenía razón.

- No juegues con fuego, eres demasiado joven para quemarte - ese comentario era dañino, pero no para mí, si no para él.

Levanté un de las manos y me acerqué más a él, me miraba esperando mi siguiente movimiento, diría que hasta con ansia.

- El fuego es peligroso y lo peligroso atrae - dije y coloqué mi mano en su mejilla, mi pulgar acariciaba su piel, él se mantenía estático, la sonrisa desapareció, pero también cerró los ojos, cuando los abrió estaban rojos.

Empezó a moverse en mi mano, los pelos de la barba hacían cosquillas a mis manos, era un momento tierno y a la vez tenso, pues no sabía en qué momento debía parar, un ronroneo escuché de su parte, el lobito estaba a gusto.

-Dime que me he sobrepasado cuando lo veas conveniente - dije y me puse de pie sin soltar su mejilla, subí una pierna al sofá y la otra al otro lado de su cadera, la cercanía con él se sentía realmente bien.

Me senté encima suya, el seguía con los ojos rojos, pero seguía cada uno de mis movimientos, la otra mano la llevé a su pelo, ansiaba con tocarlo, cuando moví mi mano en su nuca, gruño, aleje mi mano de ahí.

Cerró los ojos y los volvió a abrir, ya de su color natural - Te dije que tuvieras cuidado - dijo poniendo sus manos en mis caderas - Los lobos tenemos una persona en nuestra vida, que nos ayuda a controlarnos, pero también es con la que nuestro lobo se desata más, tu eres esa persona en mi vida - dijo haciendo círculos con sus pulgares en mi cadera.

- Por eso te abrias a mi - él asintió- Lo siento, pero quiero arriesgarme - dije y me acerqué a sus labios para besarlo, moviamos los labios a un lento compás, en un segundo tenía su lengua en mi cavidad vocal, Dios, encima de guapo, besaba de lujo.

-Génesis, no sabes donde te metes - dijo apollando su cabeza en mi cuello.

- Creo que sé perfectamente donde me meto, y si es contigo, mejor todavía- dije acariciando de nuevo su nuca, está vez no gruño.

-¿Por qué eres así? - dijo levantando la cabeza.

-Porque te quiero- dije sin pensar, una sonrisa apareció de nuevo.

-Yo también te quiero - susurró en mi oído.