Unos años después de la última amenaza de Beacons Hills, ahora algunas de las familias volvieron a vivir en su ciudad, como si nada allá pasado recuperando la confianza de los humanos y ahora teniendo un lugar mas seguro para los jóvenes sobrenatura...
Les costó mas de lo que se imaginaban a tanto silencio, sin sus hijas y su hijo menor en el castillo, demasiado silencio a lo que estaba acostumbrado.
-¿Estas bien? - Le pregunta tomando su brazo mientras mira la ventana.
-Si... ya sabes, solo pasaron unos días desde las bodas, Iseult con Raeghar en su nuevo hogar, Amidala con Jamie deben estar por llegar a sus nuevas tierras y Ragnar a medio camino a su nuevo hogar, es difícil aun - Le dice un poco melancólico.
-Así lo eligieron, así como nosotros elegimos está vida - Ulrich la mira - No tenías porque salvarme de los ángeles, no tenías porque acompañarme a la idea de Kristal y aquí estamos, ellos siguen su camino - Le explica.
-Si, lo se... se que Iseult y Ragnar podrán cuidarse pero me preocupa Amidala, ella...
-Ya no es la misma niña dulce - Lo interrumpe sabiendo lo que dirá - Ella también cambio y sabe defenderse - Maria confía en eso.
-Está bien - También lo reconoce - Solo digo que...
-Majestad - Los interrumpe Sinbad estando apenado.
-Se ve que su costumbre de entrar sin permiso continúa - Ulrich lo mira molesto.
-Lo siento pero es importante, mi Rey - Se disculpa acercándose un poco.
-¿Que sucede? - Le pregunta prestándole atención.
-Es sobre el Consejo Privado - Ulrich y Maria se miran.
-Bien, ahora vamos - Ven a Sinbad retirarse - Prefiero que me acompañes a molestar a Francisco con esto, quizás no sea nada grave - Toma su mano.
-Muy bien - Juntos salen de la Sala del Trono.
Se dirigen a la torre donde se reúne el consejo, no han querido arruinar la paz de Francisco con Milena quienes se encuentran dando un paseo en el Bosque Sagrado.
-¿Estas bien? - Se baja de su caballo ayudándola a ella.
-Si, solo me eh sentido rara está mañana - Le sonríe para calmarlo.
-Milena... - La mira a los ojos y luego su vientre - ¿Es posible que...? - Deja la pregunta abierta.
-No lo se, es posible - Le sonríe ante esa idea, Francisco mira fijamente el vientre de su esposa escuchando con atención y es cierto.
-Por todas las Lunas - Con alegría abraza a su esposa dando vueltas.
-¡Francisco! ¡Fran bájame! - Se ríe con él sosteniéndose.
-Me has dado la mayor de las alegrías - La mira acariciando su rostro - Tendremos un bebé - Le sonríe.
-Para ser un Lycan tienes un buen odio - Le acaricia su cabello.
-Debemos decirles a mis padres y debes cuidarte aun mas... traerás al mundo al heredero y...
-Será como tu, un Lycan como su padre, su tío y su abuelo - Termina la frase por él.
-Así es pero te prometo, por todos los Dioses que jamás dejaré que les hagan daño - Le promete sonriendo.
La pareja se abrazan felices por la noticia aunque el momento se interrumpe ante la presencia de Nesquick que da vueltas a su alrededor haciéndolos reír.
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