¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
DÍAS DE CINE Y PANDEMIA
"Lo mejor del festival de San Sebastián, mi acompañante, aunque por desgracia esté enamorada de otro". A.G.
Este miércoles me enteré del fallecimiento de Antonio Gasset y no pude si no ponerme tristísimo. Un nombre que no significa nada para mucha gente y de lo cual él probablemente estaría orgulloso de eso, pues lo suyo era la discreción y el anonimato. Para los amantes del cine sin embargo fue el rostro de un estilo de crítica de cine algo desfachatada, ácida, pero sobre todo culta, lúcida y de un exquisito humor y cercanía. Y fue sobre todo, el inolvidable y mítico presentador durante 12 años de un programa perdido en la cartelera del cable, por los incesantes cambios de horario y de día que tuvo, producido por la televisión española (rtve) llamado Días de Cine y que descubrí el año 94 y al cual le tomé un profundo cariño que ha permanecido inquebrantable hasta el día de hoy.
En aquellos años recién la televisión de pago estaba entrando y una de las primeras cosas que hice al empezar a vivir solo fue contratar los servicios de cable. Así llegué a la siempre estupenda oferta de la TVE y luego a Días de Cine. Casualmente lo encontré. Y por primera vez tuve a la mano un programa de TV de gran factura dedicado íntegramente a hablar de cine. Creo que rápidamente entre mis amigos cinéfilos lo hicimos nuestro favorito. Un imprescindible. Lo daban una vez a la semana, dividido en unos 5 bloques prácticamente mostraban todo lo referente al cine. Películas. Actores. Entrevistas. Aportaban además con abundante trivia. Tenían una sección con cine español. Y por supuesto los estrenos de la semana. Contaba además con un gran montaje en su edición, un cuidadoso relato, un preciso uso del lenguaje y un formato que se mantiene hasta el día de hoy prácticamente inalterable y con el cual están próximos a cumplir nada menos que 30 años de emisiones.
Y ahí, en un lugar destacadísimo estaba Gasset. Era el presentador del programa. Que nos deleitaba con sus fulgurantes e irreverentes introducciones: "Días de cine, un programa dedicado a entretener a víctimas del insomnio, noctámbulos, parejas en crisis, politoxicómanos e incluso a algún aficionado al cine"; que venía con su estilo desparpajado y lleno de finas ironías a comentar una película: "Ben Affleck es a la buena interpretación lo que un pepinillo cocido a la alta cocina"; y esta otra: "Se estrena estos días la película 'El último samurái', protagonizada por el ex-marido de Nicole Kidman, único dato destacable de este actor llamado Tom Cruise", ó: "Jeunet es el director de ese engendro, película para algunos (estaban equivocados), ladrillo para otros (estábamos en lo cierto) que fue Amélie".Con sus hilarantes frases para ir a la pausa, o sea a comerciales: "Llega el momento de la publicidad, disfrutad del cine si podéis. Si no, también tenéis la música, la literatura o incluso la historia, a no ser que queráis ser presidente del Gobierno" y esta otra: "Durante la pausa publicitaria, rezaré con la esperanza de que ninguno de sus hijos se haya presentado al casting de Operación Triunfo". Sus despedidas al finalizar el programa también eran totalmente incorrectas y chispeantes y donde a veces te interpelaba con recomendaciones del tipo : "Nos vamos con la esperanza de que ninguno se deje llevar por los fanatismos religiosos, políticos o sexuales: los primeros por no llevar a nada, los segundos porque el objeto de deseo suele ser un idiota de renombre y los últimos por las continuas frustraciones" o también era capaz de reírse de su eterno ir y venir por los horarios del canal: "Hasta el próximo programa. No sabemos ni qué día ni a qué hora nos pondrán, de modo que estén atentos" y dar alguna recomendación final: "Sed buenos, y si por lo que fuera no podéis, seguid siendo malos, la diferencia es mínima".
Por espacio de 13 años condujo DDC, desde el año 94 hasta el 20 de diciembre de 2007 donde se despidió transmitiendo desde el festival de cine de Berlín. De ahí prácticamente desapareció.
Hay personas que son capaces de ser fuente de inspiración. Son capaces de abrir(te) nuevos mundos y nuevas miradas y además sacarte sonrisas y darte alegrías. Son muy pocas. Antonio Gasset era una de esas personas para mí.
Aunque no sabía nada de él hacía años, sé que lo extrañaré.
