PRESIDENCIALES Y PANDEMIA

24 0 0
                                    


PRESIDENCIALES Y PANDEMIA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

PRESIDENCIALES Y PANDEMIA

"Éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros". Esta ingeniosa frase atribuida al actor y humorista norteamericano Groucho Marx describe al político que acomoda su discurso, para decir lo que el público quiere oír. Por primera vez desde el retorno a la democracia vi en esta segunda vuelta esta práctica desarrollada en su máxima expresión en ambos candidatos a la presidencia: Kast y Boric.

Después de ser uno el firme defensor y admirador de Pinochet y el otro uno de los demoledores del legado concertacionista, el guiño (largamente esperado por mí) a ese mundo vino curiosamente por partida doble. Durante el último debate televisivo el gran ganador fueron los desprestigiados 30 años y el modelo socialdemócrata con los cuales la Concertación gobernó. Ambos candidatos, tanto Kast reconociendo que admiraba el gobierno de Aylwin, como Boric agradeciendo el apoyo de Lagos y Bachelet y aceptando que su programa podría ser tildado de socialdemócrata dieron una muestra evidente de aquello.

¿Cuánto de oportunismo hay en sus opiniones? Mucho.

¿Cuánto de elegancia y congruencia existe por lado y lado? Nada.

¿Es eso una mala noticia para el país? No lo creo. Al contrario.

Lo bueno de estos actos camaleónicos es que finalmente el debate se moderó. Se comenzó a recobrar en algo la sensatez extraviada. No habrá más viernes violentos en plaza Italia, prometió enérgicamente Boric. Aporte de $1 millón a cada persona al nacer para sus cotizaciones dijo Kast. Y ambos reconocieron lo bien que lo hizo Piñera con las vacunas durante esta pandemia. Vaya. Por lo tanto, creo que el país no se caerá a pedazos si gana Boric, ni volveremos a las cavernas si gana Kast. Obviamente que no da lo mismo quién gobierne, pero tengo confianza en que finalmente las instituciones y la democracia funcionarán. Además, con la última elección del Parlamento se equilibraron las fuerzas políticas, y la convención constitucional ha tomado nota de esto y deberá esmerarse en presentar una sólida propuesta constitucional, sin tanta parafernalia lingüística, ni extravió refundacional, pues de lo contrario ahí está la opción de que la propuesta sea rechazada en el plebiscito de salida.

¿Es muy ingenuo lo que digo? Talvez. Uno porque no soy pitoniso y dos, para que suceda eso se necesita una clase política que esté a la altura de tamaños desafíos. Que cumpla con sus promesas electorales. Y que retome la senda del diálogo y los acuerdos. Casi nada.

Pero, vamos a las elecciones de hoy...

Estoy a miles de kilómetros de Kast. En todos los aspectos. Pero no lo considero un fascista. Y si gana no muero de miedo. Sí, lo consideraría una derrota. Histórica, por cierto. Por eso es que jamás hubiera votado por él. Sería traicionar mis ideales de juventud. Y lo último que diré respecto a esa candidatura es que fueron otres los que le dieron chispa y combustible.

Antes de hablar de Boric citaré a Carolina Tohá: "Soy de una generación de centroizquierda (...) que les hizo pocos reproches a sus antecesores políticos pese a que sus metidas de pata dejaron un país harto más herido que el legado por los gobiernos de los 30 años. No lo hicimos porque no podíamos, estábamos demasiado afanados en resistir la represión dictatorial y en pelear por cosas tan básicas como poder elegir a nuestros dirigentes, defender a nuestros compañeros y recuperar la democracia (...) Por eso nos hicimos tan cuidadosos de la democracia, tan preocupados de construir unidad y mayorías, tan atentos a gobernar para mejorar la vida de las personas, no para dar testimonio de nuestros gustos ideológicos." No lo podría haber dicho mejor.

El candidato Boric se ha dado cuenta (aparentemente) que, si se quiere gobernar un país manteniéndose en su propio credo, en su pequeño mundo es difícil. Celebro esa capacidad de adaptación que ha tenido. Es responsable cambiar de idea cuando se está tan cerca de conducir un país. Pero todo ese cambio me ha parecido sumamente impostado, zigzagueante, veloz y utilitario. Además de tardío. Y sobre todo tan poco coherente con el discurso clásico Frente Amplista y ni que decir con el del PC. Y tal como dijo Lagos (de vuelta al ruedo nuevamente) esta semana en entrevista al diario El País de España al preguntarle si Boric era un socialdemócrata, contestó: "por sus obras los conoceréis". Yo tengo mis severas dudas. Y creo que toda esa coalición solo quiere realmente darse un gran gustito ideológico.

Por eso es que hoy anularé mi voto.

Bueno, estos son mis principios y si no le gustan, lo siento, NO tengo otros.

RELATOS DE CUARENTENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora