ROSTRO Y PANDEMIA

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ROSTRO Y PANDEMIA

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ROSTRO Y PANDEMIA

Tengo una tesis: ¿será que las personas se enojan más y están más iracundas en estos tiempos no necesariamente debido a la pandemia, sino que debido al uso permanente de la mascarilla?

Posterior al estallido social el gobierno del Pdte. Piñera propició una ley que sancionaría con mayor rigor el delito de desórdenes público: "cuando quién lo comete lo haga ocultando su rostro detrás de una capucha o cualquier otro instrumento para no permitir que se conozca su identidad". Después llegó el coronavirus y todo quedó obviamente en nada. Todos tendríamos que andar "encapuchados", ahora por ley.

Pero, lo que existía detrás de ese proyecto de ley, de sancionar a los encapuchados que realizaban desmanes o delitos, no era como simplistamente se decía: "criminalizar la protesta pública". Yo protesté en la calle durante la dictadura y nunca necesité un pasamontaña y ¡vaya! que hacia frio en Temuco, si no dar cuenta de algo más profundo y que tenía que ver con poner el foco en el comportamiento humano cuando se hace desde el anonimato o el ocultamiento. Lo que sucede en las rrss es el ejemplo más palmario de las pasiones desatadas que se producen cuando alguno(a) dice algo que para la barra brava oculta es inconveniente.

Pues bien, intuyo que el uso de la mascarilla ha favorecido comportamientos agresivos, prepotentes, incluso provocadores, que en condiciones de cara descubierta son más difíciles de realizar. De partida con la mascarilla debes hablar más fuerte para hacerte escuchar. Toda esa gesticulación facial que produce la rabia o la ira queda oculta lo que permite desatar una mayor expresividad que solo tú la sientes, junto a ese calor interno en tu rostro que aumenta y se almacena. Lo que conduce finalmente, a mi modo de ver, a un mayor desparpajo para decir los epítetos y calificativos que tú quieras y/o realizar las acciones violentas más alocadas. Por otra parte, tu contendor (a) al tener su rostro tapado tampoco logras ver el efecto que tu agresión está provocando en él (miedo) lo que dificulta aún más la posible conexión emocional.

Este jueves que pasó, por fin después de 2 años de obligatoriedad, el uso de mascarilla en los espacios abiertos se eliminó. Ese día me fui caminando en dirección al cine. Salí de mi edificio y en un gesto que tuvo todo lo libertario que pude imprimirle me saqué la mascarilla con decisión (hubiese querido gritar también, pero no me atreví), me la metí al bolsillo, miré al cielo, respiré profundamente y el sol de abril entibió mi rostro en su totalidad. En el camino vi que la mayoría de las personas mantenían su mascarilla, pero rápidamente me crucé con gente que ya no la portaba y pude intercambiar algunas miradas con ellos, pero sobre todo algunas cómplices sonrisas que me encantaron.

En mindfulnees, en la parte final de la meditación siempre intento terminar dibujando una leve sonrisa en mi rostro y tomar conciencia del efecto que esto provoca en mí, abriéndome a lo que suceda y descubra. Es una práctica que incorporé hace poco y que tiene un resultado instantáneo.

Paula Fuentes, psicóloga de la Católica lo dice así: "El no usar mascarilla permite poder ver mejor las emociones en el otro, comunicarnos de mejor forma y, en ese sentido, es un reencuentro; poder vernos cara a cara sin las mascarillas permite leer mejor las expresiones del otro"

Ahora que lo pienso no es que en estos 2 años usando mascarillas nos hayamos puestos más agresivos o violentos, el ser humano siempre tiene esos componentes a los cuales sin duda hay que domeñar, creo que simplemente por muchísimo tiempo producto de las mascarillas hemos dejado de ver a la gente en su plenitud, en sus gestos, en sus guiños y particularmente en sus sonrisas y eso nos ha estado haciendo muchísima falta y de alguna forma ha incidido en la calidad de nuestras relaciones sociales.

Entonces los quiero invitar, en estas líneas finales a cambiar el gesto de sus rostros y dibujar una tenue sonrisa en sus caras y sentir como esa pequeña y simple contracción muscular puede cambiar toda la experiencia de este momento y de todo lo que está por llegar...

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