CALENTAMIENTO GLOBAL Y PANDEMIA

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CALENTAMIENTO GLOBAL Y PANDEMIA

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CALENTAMIENTO GLOBAL Y PANDEMIA

Hace más de 15 años acompañé a un estimado amigo al supermercado y presencié con absoluta sorpresa como él utilizaba en la caja su propia bolsa reciclable para cargar su mercadería. Sin embargo, tuve que esperar a tener una ley encima de mí para hacer algo que había interiorizado muchísimos años atrás.

Mi querida madre ha estado preocupada del tema del agua y su escasez desde épocas pretéritas, y nos alertaba como familia, cuál meteoróloga, de la falta de lluvia y la importancia de ella.

Leo en la prensa hispana: "Una ola de calor azota a España: Se esperan temperaturas de más de 44°C para este fin de semana"

Si hay algo en que estoy al debe en la educación de mi hijo es respecto a temas ambientales. He sido cero aporte -a diferencia de su madre-. Recuerdo peregrinamente una ida a limpiar a la playa de Ritoque y algún intento fallido de reciclaje. Y nada más. Tal vez alguna conversación al terminar de ver la Era del Hielo 3. Hasta el año 2019, donde quise aplicarme y puse en su radar a Greta Thunberg a raíz de su venida a la fallida COP25 que se iba a realizar en nuestro país. Por algo quería partir e íbamos bien, pero de ahí vino todo lo demás...

De niño iba a Ventana y me llamaba mucho la atención esa gigantesca chimenea que humeaba y humeaba sin parar día y noche. Leo que el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) le había pedido a la empresa AES Gener que volviera a poner a la central termoeléctrica ubicada ahí, cerrada desde fines del año pasado, en operación por las malas cifras de lluvia que deja el invierno. Finalmente ayer el gobierno echó pie atrás con la medida.

También en esta semana la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo aprobó el proyecto minero Dominga que pone a lo menos en riesgo ambiental por su cercanía al Archipiélago Humboldt, un conjunto de ocho islas e islotes que resguardan uno de los ecosistemas más ricos del mundo.

Finalmente el día lunes salió como el plato fuerte de la carta el informe (https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2021/08/IPCC_WGI-AR6-Press-Release-Final_es.pdf) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), vinculados a la ONU, que busca entender el estado del planeta, y el grado de responsabilidad que tenemos los que habitamos este lugar, y lo que hace es fulminar el negacionismo climático, pero sobre todo pone la luz de alerta y ratifica la relación entre cambio climático y eventos extremos (inundaciones repentinas, olas de calor y sequías) con la evidencia científica que hay.

Alguna de las preguntas que se manifiestan en ese informe y que se responden son las siguientes: ¿desde hace cuánto tiempo que no se veía un calentamiento tan rápido en el planeta?: al menos 2000 años. ¿Desde cuándo que no había temperaturas tan altas?: 6500 años. ¿Cuándo fue la última vez que el nivel del mar subió tan rápido?: 3000 años.

Vaya.

Lamentablemente en cada uno de esos temas y en otros más referentes al cambio climático no tengo nada para enorgullecerme. Creo sí que es un buen momento para empezar a enmendar mi error. Esa falta de generosidad con las generaciones que vienen e intentar contribuir con más decisión a tener un futuro sostenible y así ayudar a lograr la meta de que Chile sea un país carbono neutral el 2050 y descarbonizar su matriz energética.

Los dados están echados y el escenario es malo, pero es necesario tomar conciencia partiendo en nuestro día a día, desde el agua que gastamos en lavar el auto, cepillarnos los dientes o lavar la loza.

Además revisaré y prestaré atención a las propuestas ambientales de los candidatos a la presidencia.

Me acuerdo de los primeros meses de cuarentena, el silencio sepulcral en las noches, tanto que los pumas bajaban sin miedo a la ciudad. Ciudades con cielos menos contaminadas por menos flujo vehicular y aéreo, canales más limpios. No añoro nada de ese tiempo infame, pero sí creo que la naturaleza después de muchos años asfixiada por nosotros por fin pudo respirar un rato.

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