MUNDIAL EN PANDEMIA

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MUNDIAL EN PANDEMIA

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MUNDIAL EN PANDEMIA

Maratoneo en un par de días toda la primera temporada de mi nueva serie favorita. Se llama The Bear. Es una comedia dramática de solo 8 capítulos. Tiene un ritmo trepidante, frenético, a veces caótico, por lo que te exige paciencia. Posee además una espectacular banda sonora (Wilco, REM, Radiohead etc.), por lo que recomiendo que tengas tu aplicación de Shazam abierta. Y, sobre todo, que pongas a Chicago, la ciudad donde transcurre la trama, como futuro sitio por conocer.

La historia es algo descabellada, pero creíble. El protagonista es Carmen "Carmy" Berzatto, alias Bear que es un chef de primerísimo nivel en New York, quien debe volver a su ciudad a hacerse a cargo de la sándwicheria que le dejó su hermano, quien se ha suicidado. Su actuación me recordó al mejor Al Pacino.

La serie con el pretexto de la cocina habla de liderazgo y trabajo de equipo. Habla de personas atormentadas y dañadas emocionalmente que necesitan urgente una nueva oportunidad. También habla del necesario tiempo de adaptación que se requiere en un mundo cambiante donde no tenemos el control prácticamente de nada. Pero, sobre todo habla finalmente de los afectos y los intrincados lazos que se arman en esa galaxia definitiva llamada familia. Carmy es el héroe que regresa a casa, a su propio Itaca. Y que tiene que partir de abajo domeñándose y guiando a estos verdaderos niños asustados que son sus familiares y compañeros de cocina que se van enfrentando a las grandes preguntas.

En otro mundo paralelo ha llegado el gran día para Leo Messi. A los que nos gusta el futbol solo hay que agradecer haber tenido la dicha de verlo jugar. Messi también es el héroe que regresa a casa después de ganarlo todo. A sus 35 años se ve en plenitud de sus condiciones. Maduro. Expresando sus emociones en el lugar y momento apropiado. Rabioso cuando tiene que serlo. Talentoso en el momento justo. Sereno y concentrado al tirar un penal. Pero esa es una parte de la tarea que debe realizar cuando se trata de liderar equipos. La otra parte es poder llevar a sus compañeros a lo más alto. En la final mundial en Brasil, que Argentina perdió con Alemania, lo recuerdo perdido en su cosmos, caminando mientras todos corrían. Hoy, si quiere cerrar su ciclo virtuoso de una forma distinta, deberá seguir guiando a su selección de la forma en que lo ha venido haciendo en este mundial. Aprendiendo de la derrota (Arabia Saudita) adaptándose a los nuevos escenarios (México, Polonia, Australia), convocando a sus compañeros (Croacia), protegiéndolos si es necesario (Holanda). Creo que el triunfo hoy sería el justo homenaje para un deportista de excepción.

El único problema de Messi es que es argentino. Y no lo digo en mala Me parece que a Argentina el peso de su brillante historia la aplasta en el último tiempo. Pareciera que, en la tierra de Borges, El Che, Maradona, y del actual Papa todo puede pasar. Para peor.

Tal vez el ejemplo de esta selección sirva a los argentinos para algo más que la alegría transitoria del triunfo. Tal vez sirva para que vuelvan a hacer las cosas bien, para que confíen más en los procesos que en los caudillos, para retomar el sabio hábito de saber elegir lideres apropiados, como lo ha sido esta vez el propio entrenador Scaloni.

Y de pasada les sirva para enterrar de una vez para siempre aquellas fatídicas estrofas del hermoso tango Cambalache:

... Siglo veinte, cambalache problemático y febril. El que no llora no mama, ¡y el que no afana es un gil!

Hoy, en pandemia, voy por Argentina.

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