TINDER Y PANDEMIA

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TINDER Y PANDEMIA

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TINDER Y PANDEMIA

En general me considero un buen solitario. No tengo problemas con la soledad. No lidio con ella cómo me consta lo hacen otras personas. Al contrario siempre me las he apañado para, independiente de mi situación sentimental mantener un espacio de individualidad que lleno o intento llenar con lo que más me gusta hacer. Nada del otro mundo. Desde realizar actividad física, gimnasio, yoga, meditación a leer, o ver películas, escuchar algún podcast o escribir un poco. Estudiar también me da por etapas. Espacios de crecimiento personal asimismo están dentro de mis prioridades, lo que significa tiempo para terapia o talleres de autoayuda, o liderazgo personal, como más me gusta llamarlo. Por lo que el hecho de estar en pareja nunca ha sido tema. Si estoy, bien, si no estoy, bien también. Sin ansiedad.

Sin embargo producto del confinamiento y aunque para ser sincero mi curiosidad venia de antes, me ido acercando progresivamente a las app de citas online. Hace unos años que no tengo una relación sentimental importante en mi vida, por lo que he ido viendo con algo de sorpresa cómo cada vez se me hace más difícil enganchar con alguien que me sea atractiva físicamente, pero sobre todo que también sienta que es capaz de brindarme aquello que necesito o quiero. Pero, además de esto se suma la obligación de tener que entrar al baile de la seducción, del yo ingenioso y audaz, del yo interesante, simpático y galán que es algo que sinceramente ya me agota, pues lo he representado muchas veces y quiero descansar un rato de eso, por lo que he optado últimamente por una actitud casi de laissez faire.

Pues bien, así también me ha ido...

He tenido mis relaciones, nada para batir ningún récord, ni siquiera local, y ya sabemos que el promedio de conquistas de los chilenos es más bien bajo. Y llegó la pandemia. Y todo literalmente se clausuró y el grupo de solteros y solteras me parece que quedó -quedamos-algo-muy- desvalidos.

Fue así que con reticencia comencé mi coqueteo con tinder pensando en un camino tal vez más fácil. Recuerdo con nostalgia cómo a mediados de los años noventa cuando tuve mi primer computador usaba una aplicación de mensajería llamada ICQ con la cual tuve algunos chateos con chicas, lo que era muy excitante pues significaba la posibilidad de conocer gente nueva y de otras partes. Recuerdo además por la misma época a una chica muy guapa con la que teníamos onda que era muy activa en esa plataforma y ya entonces ella había pololeado con un chico del extranjero que la vino a ver, lo que entonces me parecía toda una osadía de parte de ella. Y de él también.

Algunos datos antes de continuar, (latamclick.com, año 2018):

Tinder es una de las aplicaciones más populares para concretar citas y encuentros. Fue lanzada en septiembre del 2012 y desde entonces no ha parado de crecer.

26 millones de matches se generan cada día. Match se le dice cuando dos personas le han dado me gusta a sus fotos. O sea que están listas para concretar una cita.

Según una investigación hecha por Statista en América Latina, el 36.7% son personas de 25 a 34 años de edad, el 31.1% tienen de 35 a 44 años, el 17.59% de 18 a 24, el 9.05% de 45 a 54 y el 5.53% de 55 a 64 años. De los cuales el 67.5% son hombres y el 32.5% mujeres.

Dicho esto quiero comentar algunas distinciones que he aprendido en este tiempo respecto a esta app. Lo primero es sacarse de la cabeza que meterse en este mundo sea admitir una especie de derrota sentimental con el mundo real. No es vergonzoso -bueno tal vez al principio, es verdad- , pero rápidamente se pasa esa sensación de que en el caso de los hombres significaría que no eres capaz de levantar una chica en un bar o en la fila del banco. La verdad es que eso la mayoría de las veces no sucede porque el mundo es más complejo y porque también hay que decirlo, no a modo de excusa estamos en Chile. Lo segundo es importante ser sincero. O lo más sincero que se pueda con el perfil que armas. Es básico que a la persona que le diste like y luego hiciste match sea la misma o lo más parecida con la cual te vas a encontrar. Es de justicia para todos. Para eso es necesario tener buenas fotos y varias (y sin anteojos) para así hacerse una idea de la persona. Y de cuerpo entero. Es todo el pack. Y una mínima biografía. Ojalá enlazada a otra red social como instagram. Personalmente no he usado la función gold pero conversando con un par de amigos me dicen que es fundamental tenerla, o por lo menos probarla. Y lo último que aprendí es que es relevante contestar rápido. Nada de hacerse el interesante posponiendo la conversación cuando hay un match.

¿Cómo me ha ido? Depende. ¿He hecho match? Claro. Muchos. Al principio de la pandemia tinder liberalizó por un tiempo para la función gratuita la ubicación donde podías estar. Elegí por razones literarias y estéticas Oslo en Noruega. Vaya, toda una experiencia. También por los paisajes. Acá a nivel local tuve un par de encuentros que no prosperaron. Una de ellas solo quería "ampliar su círculo de amistades". Para eso está Facebook, esta es una aplicación de citas, le dije, pero creo que no entendió la ironía. La otra caché que no había química a los 5 minutos. En fin.

Ahora amplié mis posibilidades. Además de Tinder descargué otra app que se llama Bumble, que es básicamente lo mismo, pero me gustó más pues son las mujeres las que tiene que dar el primer paso si hacemos match. En tiempos de neofeminismo me parece todo un avance y de equidad especialmente en una sociedad como la nuestra donde algunas mujeres se dicen liberales piden igualdad, pero no toman la iniciativa o arrugan derechamente.

Estuve jugando la otra noche. No podía dormir, swippe para un lado, swippe para el otro. De pronto un match. Le escribí de inmediato pero no contestó. Al rato me fijé había cancelado el match. Miré a ese lado vacío de la cama que tanto duele cómo decía Fuguet en Alekán. Tinder significa yesca en inglés, por eso el símbolo es el de la llama. Esa noche pensé que definitivamente nada se iba a prender. Ya era muy tarde, el toque de queda ya había comenzado así que mejor apagué el celular e intenté volver a dormir.

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