RUGBY Y PANDEMIA

33 0 0
                                    

RUGBY Y PANDEMIA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

RUGBY Y PANDEMIA

"Soy el amo de mi destino, Soy el capitán de mi alma"

Invictus, William Ernest Henley

Mientras la Cámara de Diputados aprueba el proyecto de resolución por medio del cual se le solicita al Gobierno la eliminación de la exigencia del Pase de Movilidad, el presidente del Senado propuso una pausa reflexiva en estas fiestas patrias antes de intentar llegar a un acuerdo sobre el siguiente proceso constituyente. Bajar un par de cambios, le llamaría yo. Hay gente que aún no se recupera del resultado del plebiscito. Se salen de los chats algo molestos. Han perdido el sentido del humor. Por otra parte, también están los que siguen haciendo leña del árbol caído. Muy winners. Al estilo Stingo/Chahuan. A un amigo le sugiero que deje de mandar videos mofándose. Que ya pasó el momento de marcar las diferencias. Ahora es el momento de curar las heridas que dejó el referéndum en el país.

A mi hijo se le ocurre una genial idea al estar viendo Invictus.

-Eso deberíamos hacer papá -me dice- Al igual que lo hizo Mandela en Sud África, unirnos a través del rugby.

La película Invictus (2009, Clint Eastwood) está basada en el libro de John Carlin, llamado El factor Humano. Trata sobre Nelson Mandela cuando asume como presidente tras el desmantelamiento del sistema segregacionista conocido como apartheid y se propone restaurar las heridas provocadas por el conflicto racial. Para eso aprovecha el campeonato mundial de rugby que se celebrará en su país el año 1995 y donde él apoya decididamente a los "Springboks" la selección nacional, que se identificaban con la minoría blanca de su país, la misma habría que decir, que lo había encarcelado durante 27 años.

Estoy de acuerdo -le digo a mi hijo- En vez de estar esperando entrar por secretaria al mundial de Qatar deberíamos fijar nuestros ojos y energía en Paris.

Recuerdo en mi colegio en San Felipe, que llegó a nuestro curso un compañero proveniente del Mackay de Viña del Mar. Nunca me interioricé cuáles habrán sido las razones de su llegada. En ese entonces yo era solo un niño que no sabía la importancia de las preguntas. Junto a él trajo su bien más preciado. Una pelota de rugby con la cual trato, infructuosamente de ganarse nuestra simpatía.

Durante la universidad asistí un par de veces a ver los partidos donde jugaba un amigo mío. Y volví a asistir también a un cierto menosprecio por aquel deporte, de aquellos que no lo entendían, que tal vez lo encontraban algo elitista, sobre todo en aquel periodo de dictadura militar, donde las preocupaciones iban más bien por otro lado.

Así, paso el tiempo...

Para el mundial de rugby de Francia del 2007 mi hijo tenía algo más de 1 año. Mis intereses estaban solo con él y recuerdo nítido haber empezado a ver entre mudas y mamaderas muchos partidos de aquel campeonato, sin entender del todo las reglas, pero si a maravillarme por el juego, el esfuerzo, los ritos, y lo aguerrido de sus jugadores. Los "Pumas" entonces lograron un histórico tercer lugar y disfrute muchísimo del inolvidable "Aaadentro" de Alejandro Coccia, el narrador de rugby de ESPN cuando se anotaba un tanto.

Desde entonces el rugby se volvió siempre un deporte atractivo de ver. Me sedujo el haka, el grito guerrero maorí de los "All Black". Entendí lo importante del trabajo de equipo. Aprecié la lealtad que hay a pesar del juego brusco que puede existir. Reconocí esa dignidad que existe ante la derrota y la humildad ante la victoria. Y sobre todo valoré el respeto irrestricto a las reglas y a la autoridad encarnada en el árbitro que tiene el juego. Las decisiones simplemente no se discuten. Se acatan. Y nada de simulaciones en la cancha. Apoyado todo esto por moderna tecnología y con cámaras que escudriñan hasta lo indetectable.

Pues bien, ahora tenemos por primera vez un equipo chileno, "Los Cóndores" en una cita planetaria. En partidos infartantes esos muchachos ganaron su derecho a estar en Francia 2023. Como sucede con la vida fueron de menos a más y con una perseverancia, convicción y temple formidable están en el mundial donde serán parte del Grupo D donde jugará con Inglaterra, Argentina, Japón y Samoa.

Tal vez mi hijo no esté equivocado. Esta puede ser una buena oportunidad que tenemos como país para unirnos y restañar heridas y de pasada masificar un deporte hermoso. Lleno de valores y virtudes. Y que respeta al rival, ante todo.

¡Feliz 18!

RELATOS DE CUARENTENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora