FÚTBOL Y MERITOCRACIA EN PANDEMIA

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FÚTBOL Y MERITOCRACIA EN PANDEMIA

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FÚTBOL Y MERITOCRACIA EN PANDEMIA

Con 33 años Arturo Vidal se despidió del FC Barcelona y The King vuelve al futbol italiano, al Inter de Milan, donde hará dupla con otro futbolista chileno también de pasado culé, Alexis Sánchez.

¡Vaya carrera la de estos 2 jugadores!

Hace algunos días atrás y a propósito de un programa que vi, realizado por EMOL, donde participó el rector Carlos Peña, cuya tema fue la Meritocracia, me preguntaba por Facebook: ¿Cuánto de mérito (propio) hay en lo que somos (soy) y cuánto viene por la cuna en que nacimos?

El rector señalaba en ese programa, con esa agudeza y claridad sobresaliente que le es tan característica, como toda vida humana es una mezcla indiscernible de desempeño personal (esfuerzo), de talento (nuestra dotación genética, por así llamarla) y de cuna (el capital cultural que recibimos) y se preguntaba: ¿qué pesa más en la sociedad chilena en la trayectoria vital de una persona: el esfuerzo de la voluntad individual o la estructura social en la que nacemos? Y su respuesta daba escalofríos. Podemos predecir –decía- claramente cuál será la trayectoria vital de un niño que nace en La Pintana y otro por ejemplo que nace en una comuna acomodada. Por eso, finalizaba el rector, para que el mérito florezca debemos ser capaces de corregir las injusticias que hay en el punto de partida.

Vaya razón que tiene. Si lo pensamos bien, a raíz de la calidad de la educación que está hace años en entredicho en nuestro país, no sólo en lo que concierne a su atributo más básico que es el de ofrecer una formación de excelencia, sino además cómo método de movilidad social, dado lo desigual y desnivelada que esta la cancha, y porque sabemos además que no necesariamente los más estudiosos, y después los que más trabajan tienen su futuro asegurado, a veces incluso es todo lo contrario, es en el fútbol y en todas sus externalidades positivas donde se han producido algunos de los logros aspiracionales más luminosos que dan cuenta de una movilidad social ejemplar bastante meritocrática que lamentablemente es difícil de encontrar en otros lugares en forma tan pura.

El ser "bueno p'a la pelota", puede significar en muchos jóvenes la diferencia entre mejorar su calidad de vida o permanecer en la pobreza más dura, y -sin intentar estigmatizar- con la posibilidad cierta de terminar delinquiendo. Por qué es en el fútbol, donde realmente el talento, la perseverancia, la disciplina, sumado probablemente también a la buena suerte, pero sobre todo al esfuerzo individual tendrá su correlato en algo parecido a un mejor vivir y a un efectivo ascenso social, no sólo para el futbolista, sino que para su grupo cercano que se verán beneficiados con ello.

Y esto es así principalmente, porque a diferencia de otros ámbitos acá la cancha es efectivamente pareja, existen reglas claras que todos –sin excepción- respetan, y donde realmente no importan, ni la procedencia, ni los apellidos, ni el colegio del cual provengan, cómo tampoco el color de piel; de hecho se sanciona duramente cualquier comentario racista o xenófobo, y menos por supuesto va a importar su preferencia sexual. Sólo importa que el sujeto sepa atajar bien, si quiere ser arquero o defender bien si va a ser defensa, o armar bien el juego si es un clásico 10 y si en una de esas es de los que sabe hacer goles, puede sentirse ya entrando en los caminos misteriosos de la gloria, la fama y el éxito, sea lo que sea signifique está sobrevalorada palabra. Aquí cuentan poco además los contactos y los pitutos y ni que decir tu apariencia externa o la cantidad de tatuajes que puedas tener.

No es necesaria mucha imaginación entonces para suponer en qué podrían estar las vidas de jugadores, cómo por ejemplo, Gary Medel si hubiera continuado por el camino infortunado y falto de oportunidades de su población La Palmilla en la comuna de Conchalí, o Charles Aranguiz en Puente Alto o el propio Alexis Sánchez en su natal Tocopilla, si no hubiese sido por el futbol.

Para que decir el caso de Arturo Vidal, que es otro ejemplo de tenacidad y perseverancia,. Al igual que la historia del mítico rey, Vidal pareciera tocado por la magia desde joven y aunque está lejano de encarnar probablemente los valores clásicos que se le atribuyen al rey Arturo cómo: inteligencia, honor y lealtad, pues no nos perdamos, estamos hablando de un futbolista, al cual a mi juicio se le debe pedir que juegue bien a la pelota, más que tener que transmitir valores, el solo hecho de que su fanaticada lo eleve a sitiales monárquicos representa un salto cualitativo en la vida de él y ciertamente para la esperanza de muchos otros, que lo siguen cómo ejemplo de superación.

Sabemos que cada uno es responsable de sí mismo y el esfuerzo importa - eso le enseñamos a nuestros hijos- , pero necesitamos como sociedad, y tal vez octubre sea un buen mes para comenzar, que las oportunidades sean repartidas mucho más equitativamente y así poder nivelar la cancha.

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