AGRADECIMIENTO Y CORONAVIRUS

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AGRADECIMIENTO Y CORONA-VIRUS

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AGRADECIMIENTO Y CORONA-VIRUS

"Los buenos momentos dejan recuerdos. Los malos momentos aprendizajes."

    ¿Hay algo que puedas agradecer de esta pandemia?

    A simple vista se ve difícil la tarea.

    Veamos porque.

    Leo una polémica que hay en las cartas al director de El Mercurio donde subrayan de que en estos tiempos, es mucho más fácil separarse que casarse, pues en el Registro Civil solo están casando a los que habían tomado hora antes del 18 de marzo, que es más o menos, cómo todos sabemos, cuándo todo comenzó, y con una serie de restricciones; olvídense de que va a ir una persona del registro a la casa de los contrayentes. Sin embargo, en la otra vereda, los juzgados locales sí están divorciando, expeditamente y online. O sea esta pandemia, como un chiste cruel, nos está diciendo que cuando hay amor éste debe esperar pero, cuando no lo hay...bueno, eso es más urgente.

    En el mismo tema conozco casos de pololeos, separados por distancias geográficas que navegan no exentos de dificultad, por la lejanía y la separación física obvia, y sólo persisten gracias a su empeño y confianza de que vendrán tiempos mejores.

    No quiero ni imaginarme que sucede en aquellos casos donde ocurre exactamente lo opuesto. Matrimonios que venían rotos, literalmente condenados ahora a la convivencia presencial más extrema.

    Pero también, en otros ámbitos, el maldito virus hace estragos.

    Tenemos la estrechez, o derechamente el descalabro económico, por pérdida de ingresos o despidos laborales.

    O la frustración por aquellos sueños incumplidos, como le sucede a cientos de estudiantes que ingresaban por primera vez a la universidad o alguna forma de estudio superior y que se tienen que conformar con clases online, chao independencia y sin siquiera poder conocer a sus nuevos compañeros.

    ¿Sigo?

    La pérdida de seres queridos. La preocupación por el riesgo de contraer la enfermedad en ti o en tu familia.

    Insomnio. Depresión. Y todas las variantes de alteraciones del ánimo.

    Sin embargo, y aquí comienzan las buenas noticias - ¡por fin! - , los problemas si son enfrentados seriamente generan de alguna forma soluciones y las soluciones van generando crecimiento y aprendizaje, pues nos permiten ir sacando la mejor versión de ti mismo.

    Piensa, por un instante, y busca en el pasado algún evento doloroso; de pérdida, de frustración, de traición, de algún tipo de abuso (emocional, físico, o psicológico) que hayas vivido. Todos cargamos con algún tipo de cruz. Puede ser, te pregunto, que de alguno de esos eventos, por muy fuertes y tristes que hayan sido ¿tú, hayas aprendido algo? ¿Puede ser que de esos hechos fuertes que experimentaste haya habido alguna enseñanza para ti, sobre las personas, sobre ti mismo, o sobre la vida, algo que, pasado lo agudo de aquella situación te haya ayudado a crecer y avanzar y llegar hasta aquí?

    ¿Puede ser?...

    ¿Cierto que si?

    Y ahora, ¿podrá ser posible que lo mejor de ti en la actualidad, tal vez alguno de tus mejores recursos, alguna de tus fortalezas, valores o capacidades hayan nacido de alguna de esas situaciones?

    Estoy casi seguro, de que si miras esos hechos con detención, encontrarás algo de verdad en lo que escribo.

    Pues bien, creo que esta es una bella manera de re-significar aquellos eventos dolorosos que todos hemos tenido y tendremos en nuestra vida y convertir en desarrollo y evolución una experiencia que asociábamos antes sólo al dolor o a la tristeza o incluso a la rabia y al enfado. En otras palabras, se trata de ser capaces de desproveer a estos acontecimientos nefastos de su negativa carga.

    Son muchas las historias que tenemos de nuestras vidas, algunas buenas y otras no tanto pero al final eres tú quién decide, qué tomas, y qué dejas y a qué le quieres dar un nuevo significado.

    Por eso, por muy triste o dura o dolorosa que haya sido tu vida o tus circunstancias, y estos tiempos de peste vaya que lo han sido, siempre, siempre, siempre, siempre va a ver algo positivo de todo eso, en lo cual te puedas fijar y tal vez porque no agradecer.

    Tú decides.

    Y esa es tu libertad.

    ¿Qué historia (te) vas a contar de este tiempo en el futuro?...

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