One Shots TUA Young Cast~Pedidos Abiertos!

~Dante Albidone.~

Este OneShot es un pedido de p281762gggg ,espero que te guste y que supere tus expectativas, perdón la tardanza <3

~Días grises.~

Narrador Omnisciente.

Había gente que, los fines de semana, prefería quedarse en casa mirando Netflix y comiendo frituras, pero eso no era algo que Dante y Samara hicieran. Ambos, adolescentes fiesteros que se la pasaban de discoteca en discoteca. Ellos se conocieron a la salida de una de estas discotecas un día de verano en Toronto, el chico estaba con sus amigos que lo animaron a que vaya a hablar con esa chica que había observado toda la noche.

Luego de una charla ambos intercambiaron números y continuaron hablando por mensajes. Algo en común entre ellos, era que tenían un sentido del humor muy parecido lo que hacía que pudieran entablar conversaciones sin problemas. Una cosa llevo a la otra y al ver qué eran almas gemelas se unieron en una bonita relación aprobada por todos.

Los fines de semana no dejaron de ser dedicados a las discotecas (porque siempre fiesteros bebes). Entre los amigos de la pareja se llevaban muy bien por lo tanto era muy fácil establecer un lugar y un día para salir juntos.

Samara se había arreglado con sus amigas cómo hacía siempre, por más de tener novio jamás iba a dejar pasar tiempo junto a ellas. Dante, por su lado, hizo lo mismo que su novia, solo que con sus amigos. Se encontraron en un bar frente a la playa, todos estaban eufóricos por entrar a la discoteca y olvidarse de todo para bailar hasta que los pies les sangren.

La pareja estaba muy melosa, iban agarrados de la mano, de vez en cuando se abrazaban, se besaban sin importarles que los vean, solo eran ellos, su burbuja.
Al entrar a la discoteca todo se enloqueció, tragos van, tragos vienen y derepente estaban todos ebrios menos Dante y Samara, que si bien tomaron tragos no fueron los suficientes para quedar como sus amigos.

—Amor, iré al baño, espérame aquí.— Habló la chica mientras se levantaba de la silla de la barra en la que estaba sentada.

—Aquí te espero cariño.— Samara beso cortamente los labios del chico y camino hacia el sanitario dónde estuvo un buen rato ya que estaba lleno.
Se observó en el gran espejo del baño retocando su maquillaje y salió de este totalmente renovada.

Volvió a caminar a dónde estaba anteriormente y se encontró con Dante hablando con la mesera la cual se notaba a kilómetros que se lo quería comer con la mirada, Dante, por su parte parecía algo incómodo. Samara camino en su dirección y abrazo a su chico por los hombros.

—Nueva amiga mí amor?— Samara besó la mejilla de Dante.

—Si.— Dante paseaba su mirada entre Samara y la mesera dudoso, eso destrozó el corazón de la chica en mil pedazos.

—Bueno... Si llegas a aburrirte, ya sabes.— La mesera le dio un papel al chico y se retiró siguiendo con su trabajo. Dante, agarró el papel y lo desdobló mirando el número de la chica escrito con tinta.

—Por que dudaste Dante Albidone?— Pregunto sería Samara, por dentro estaba hecha un fuego.

—Yo..yo no dude.— Dante guardo el número de la chica en su bolsillo y eso fue visto por Samara.

—Eres un total idiota Dante.— Samara recogió su bolso y salió del lugar totalmente enojada.

Camino algunas cuadras escuchando a Dante gritar detrás de ella, hasta la alcanzó y la hizo frenar.

—Que diablos te sucede!?— Exclamó Dante confundido.

—Que diablos te sucede a ti idiota!? Por qué guardaste el número de esa zorra? Eh!? Contéstame.— Nadie debía hacer enojar a Samara.

—Deje el número en la barra cariño, fue la cuenta Sam.— Dante metió su mano en el bolsillo sacando el papel que decía la cuenta de lo que habían bebido. La chica enojada saco el papel de la mano de Dante y observo lo que claramente eran los precios de lo que habían tomado. —No te enojes conmigo por favor.— El chico hizo puchero.

—Por que dudaste?— Pregunto la de ojos avellanas.

—Derrepente estabas ahí y me puse nervioso, pensé que de iban a pelear, jamás dudaria de que te amo cariño.— Dante tomó el rostro de su novia entre sus manos.

—Me amas?— La de cabello café hizo puchero.

—Claro que te amo, más que a nadie.— Ambos juntaron sus labios en un beso sintiendolo como la primera vez que se habían besado, tan mágico y especial.

Todas las parejas tienen sus días grises, pero luego, si cada uno pone un poquito de su parte, todo vuelve a brillar y a salir el sol.

Los pedidos están abiertos amoresss!!!

Espero que te haya gustado 💖 voten y comenten que me ayudan un montón, como siempre gracias por el espacio✨💪💜