De Compras

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COMENTARIOS DE LA AUTORA:

Gente, amigues y agregados culturales que leen esta historia, hago esta pequeña pausa para desearles Felices Fiestas Homosexuales, que puedan disfrutar en compañía de personas que quieren y si tienen que estar encerrados con personas hostiles, desagradables o intolerantes les mando un abrazo gay y un capitulo de relleno para ayudarlos a pasar el rato. Que disfruten el ultimo capitulo de este año. Nos vemos.

Ya pasaron dos días desde que los jóvenes lobos llegaron a la mansión Addams, su salud ha mejorado considerablemente, el color de sus mejillas regresó, siguen bajos de peso pero al menos pueden pasar más tiempo despiertos después de comer y como Merlina se los prometió, van a ir a un centro comercial a comprar ropa, esmalte de uñas y cualquier cosa que quieran del lugar.

-Admiren la oda al vació, la destrucción medioambiental y el egocentrismo humano. -Comenta la morena al salir de la limusina en el estacionamiento.

-Admiro que me acompañes a comprar ropa. -La rubia abraza a su novia.

-Yo admiro ¡El poder del amor! -Eugene hace una pantomima de romper su playera, los rubios comienzan a reír porque son los únicos que entienden la referencia.

Los jóvenes entran al gigantesco edificio lleno de bullicio, personas y tiendas de todas las formas y colores, con poco ánimo Merlina va detrás de ellos pero a Enid le resulta incomodo y se detiene, toma la mano de la morena y ahora segura de que no se va a perder por ahí causando asesinatos o estampidas, puede dirigirse a las primeras tiendas de ropa.

-¿Qué te parece éste vestido? -Una prenda vaporosa, de estampados florales es m0delada por la rubia.

-Extremadamente cursi. -Contesta en su monótona voz.

-¿Qué tal éste otro? -Ahora aparece con un pantalón abombado, rosa y una blusa corta de rallas, también de muchos colores.

-Estridente, me lastima los ojos.

-¿Ahora éste qué tal? -Lleva una playera naranja neón, lentes oscuros y un overol a medio cerrar y tenis con alitas.

-El color quedará tatuado en mi retina, estoy ciega ahora mismo.

-No me estás ayudando a elegir. -Hace un puchero caminando hasta la morena que se encontraba sentada en la zona de probadores de la tienda.

-No tengo porque hacerlo, es tu ropa, tú decides.

-Pero quiero verme bonita para ti. -Ahora se pone de rodillas para dejar caer su cabeza en el regazo de la morena.

-¿Andarías en bata de seda, empapada en sangre todo el día? -Dice en una voz baja para que solo la rubia la escuche y se sonroje ante la propuesta.

-Verme bonita cuándo estemos afuera.

-Te verás esplendida con lo que sea.

-Eso es alagador pero tampoco me ayuda a elegir.

-Entonces no elijas y llevate toda la ropa que quieras.

-No juegues conmigo. -Vuelve a inflar las mejillas y se levanta del regazo de la pelinegra.

-Mirá... -De su bolsa de cuero humano curtido por ella misma saca un rollo de dinero. – Toma, éste es tu presupuesto, compra lo que quieras. -Le entrega el fajo de dinero.

-¡Ésto es demasiado! -Nunca había visto tanto dinero en un mismo lugar.

-¿Crees? Nunca había venido a comprar ropa fabricada a destajo en talleres tailandeses donde niños esclavos maquilan las telas, solo asumí que ésto sería suficiente pago por su sufrimiento y explotación en pos de mantener un estilo de vida vacuo en personas ajenas a su misma realidad.

Una Luna y Tres Cuartos de Sangre SuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora