105.- La Visita Sinclair.

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 La semana siguiente de la visita Addams se sintió un cambio en el ánimo de Angustias, al poder abrir sus ojos comenzó a explorar el mundo gateando. A los lobos les parece extraño, pues los cachorros no suelen tener este nivel de "independencia" hasta el año y la pequeña tiene escasos cuatro meses de nacida.

-¡Angustias! - Ruthen mira a su sobrina gateando en el techo de las escaleras. - ¡Regresa! -Agita el peluche de un capibara con cascabeles para llamar su atención.

-Cosita hermosa, no hagas que a tu tío le de un infarto. – Eugene saca sus tentáculos y atrapa al rápido bebé .

-La dejé dormida y fui al baño. – Se apresuró a excusarse. – No fueron ni 5 minutos.

-¿Enid está durmiendo? -Pregunta el moreno, a lo que el ojiazul asiente.

Como una familia lupina tradicional, los omegas de compañía o en este caso de pelea, se turnan para compartir el cuidado de los cachorros, dejando al omega pareja descansar, dormir y comer con la tranquilidad de que su cachorro está siendo atendido... el asunto es que Angustias no es para nada un cachorrito típico o tradicional.

-Debería arrancarte los brazos y los pies. –Se escucha la gruesa y molesta voz del alfa.

-¡Juro que no se repetirá! - Ruthen pone la cabeza en el suelo dando una reverencia.

-No te hablaba a ti. –Chista Merlina acercándose a los hombres. – Eres más molesta que Pericles cuando tenía tu edad. – Le llegan a la mente algunos recuerdos de la infancia de su hermano. -Para la próxima le haré una barrera de aire. –Mira al engendro que se retuerce y muerde con sus dientes de bebé el tentáculo que lo aprisiona.

-Ya es un cachorro sano. –Le contradice Eugene. –Puedo sentir cómo irradia un potencial mágico que contrarresta su maldición. –El tentáculo lleva a la pequeña hacia los brazos de Ruthen para que la sostenga. –Necesita mucha actividad física. -Es una fuente que desborda energía, si no se mueve se va a enfermar.

-No tiene ni el año de nacida, no debe moverse mucho o se hará daño. –Contradice Ruthen, la pequeña también lo muerde a él, cuando sus colmillitos logran lastimarlo, se detiene, lame la sangre y comienza a llorar.

-¡Qué sucede! -Desde su habitación sale a tropel Enid balbuceando, se ha despertado en cuanto escuchó el llanto de su cachorro.

-¡Angustias no sabe que hacer cuando hiere a las personas! -Le contesta desde las escaleras Merlina.

-¡¿Angustias se lastimó?! -Entiende mas las palabras de su esposa y se lanza brincando el barandal, dando saltos hasta llegar a la escalera donde están todos. -Mi niña, mami está aquí. – Ruthen le entrega al cachorro.

- ¡waaaaa, waaaaaaaa! –En los brazos de su madre, Angustias llora más fuerte.

-Que fastidio. –Se acerca a la rubia con ojeras que sube y baja al infante buscando que se tranquilice, se junta a ella abrazándola, metiendo en una ligera presión al cachorro.–Deja de molestar a tus cuidadores.

-Waaaaaa... –Se agarra con sus manitas tanto a la morena como a la rubia y al estar en medio de ellas se tranquiliza.

-Gracias. –Susurra Enid, que recarga su mentón en la cabeza de su esposa. Solo por eso la morena se queda quieta unos minutos pero recuerda que tienen trabajo pendiente.

- Regresa el parásito a Ruthen.

-Pero... - Se va a negar.

-Tienes cosas que hacer. -Se supone harían una reunión en una hora pero si ya se despertó la va a adelantar.

Una Luna y Tres Cuartos de Sangre SuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora