El Botón de los Celos

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Ruthen no se lo piensa y carga a su hermanito como un costal, para salir corriendo detrás de Merlina, Kent sigue gritando que no quiere ir a ver a ningún doctor y clava las garras en la espalda del lobo, quien apenas y hace una mueca de dolor.

-Disculpame. -Eugene le da un beso en la frente y lo deja congelado.

Tardan poco en llegar al garaje de la academia, los morenos fuerzan las cerraduras y sacan el mustang, el lobo más grande mete con cuidado a su hermano en el asiento de atrás y termina de darle unas indicaciones a Enid para que pueda llevar a los chicos hasta el Licanologo.

-Ruthen, se van a dar cuenta de que sacamos el automóvil, habla con Weems dile que Kent tuvo un problema con su celo y lo tenemos que llevar al doctor, no le des ningún detalle, solo que fue por el celo y que regresamos en cuanto termine.

-Entendido. -El chico asiente.

Enid se va en la parte de atrás, mientras los morenos van enfrente. Merlina nota que su amigo está temblando probablemente está a mitad de un ataque de pánico por lo que tiene que ayudarlo.

-Concéntrate. -Le da una cachetada. -Un brujo muestra sus colores cuando se encuentra bajo presión, no podemos dar de vueltas porque tu potencial esté descontrolado. -Dicen que el doctor va a cerrar su consultorio en media hora, llegarán en 10 o 15 minutos, pero si Eugene no puede bajar la velocidad de manera gradual van a tardar el doble al estacionarse.

-Lo sé... -El chico suspira y toma la palanca de velocidades, listo para viajar.

Vuelan tan rápido que a Merlina le cuesta mantener el rumbo hacia Milwaukee pero conforme llegan al destino baja la velocidad para que la morena solo tenga que dar vuelta en algunas calles y estacionen enfrente del edificio. Al salir, Enid lleva cargando a su hermano, tocan el timbre y le explican a la secretaría quienes son y que tienen una emergencia.

Cuando les abren la puerta, suben al elevador, todos muy tensos. Antes de salir Eugene libera al rubio quien se vuelve una fiera.

-Kent, quédate quieto.-Le ordena el alfa y aunque su cuerpo exige movimiento, el chico se mantiene como si anduviera atado de pies y manos.

-Es aquí. -Al salir del elevador caminan por un pasillo hasta dar con una puerta que dice: "Demartini Licanologo", traga saliva con dificultad, no tiene muy buenos recuerdos del lugar, pero de entre todos los doctores que visitaron por su "problema para enlobar" él era el más "amable" con los omegas. Tocan la puerta y una mujer les deja entrar.

-Por lo general no aceptamos pacientes sin una cita. -Dice un hombre calvo pero con una gran barba marrón, tez blanca, de unos dos metros, entrado en sus 40's y con bata blanca.

-Pero al ser parte de mi clan, haré una excepción. -Cuando los jóvenes entran, el hombre cierra la puerta tras de ellos. -Identifíquese.

-Soy Merlina Addams y ellos son mis omegas. -Señala a los chicos detrás de ella, Kent comienza a llorar en silencio.

-Él fue marcado dos veces... -El doctor le interrumpe para acercarse al rubio, quien saca los dientes.

-No lastimes al doctor. -Le chista la morena.

-¿Está segura? parece que lo marcaron más de dos veces... -Se coloca unos guantes de silicon, saca una pequeña lámpara y comienza a ver los ojos azules.

-El mes pasado nos marcamos, pero la borré. -Comenta Eugene recordando el momento.

-¿Eres un omega? -El barbón le mira con desconfianza, se acerca al moreno le revisa las orejas, mete sus manos en la boca y lo huele un poco. -No... eres un beta pero aunque lo eres, tu sangre sigue siendo de un lobo, al mago al que le pagaron seguro no borraste bien la marca.

Una Luna y Tres Cuartos de Sangre SuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora