Hoy es Noche de Setso

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UNA ADVERTENCIA INNECESARIA DE LA AUTORA: Voy a bajarle el nivel de intensidad... no se si eso vaya a influir... pero creo que voy a cortar partes del capitulo. 





Enid no está muy por la labor de tener una conversación seria sobre su futuro, en general no quiere tener ninguna conversación, pues está arrancando con sus garras la ropa que todavía llevaba Merlina.

-... No sabía que me gustaba eso. -Comenta la morena al ver sus bragas hechas tirones por las fuertes garras de colores.

-Ven. -Vuelve a pedir, tomando las caderas de la morena y de un movimiento la tiene debajo de ella.

-Enid la escuela...

Trata de poner su mano en el pecho de la chica para detenerla pero ella toma la mano y la lleva arriba de su cabeza, busca la otra mano y la lleva al mismo lugar, con las dos manos de Merlina bajo de la suya, sujetada fuertemente por las muñecas, comienza a lamer una de sus orejas.

-¿Acaso no me hueles? -Pregunta la rubia clavando sus ojos dorados en los negros.

-Intento no hacerlo o perderé la razón.

-¿No quieres perder la razón conmigo? -Pregunta, volviendo a morder el labio inferior, haciéndolo sangrar.

-No antes de saber... -La mano libre de la rubia baja hasta la intimidad de Merlina y es lo último que necesita, la morena acaba de olvidar que era lo que quería decirle.

Los ojos de Merlina destellan en rojo liberándose de la garra de Enid, la rubia se acomoda mejor entre los muslos de la ojinegro y comienza a embestir con frenesí llegando rápido al orgasmo.

-Impaciente. -Gruñe Merlina levantándose. -Muy impaciente. -Cambia de lugares con la rubia y ahora la loba está con la espalda en el colchón.

La ojinegro baja su cabeza hasta la zona intima de su pareja, el olor a flor de muertos es muy fuerte en esa zona, por un momento recuerda la glándula lupina que arranco de aquella loba y decide dar una pequeña mordida en la misma zona del muslo de Enid.

-Ah... -Ganando un gemido y un pequeño calambre de la chica.

El olor a flores aumenta, después de eso, las caderas de Enid se mueven sin control ansiosas por contacto, el cual ofrece la lengua de la pelinegra quien se mueve por los pliegues con facilidad llevando a la rubia a su siguiente orgasmo curvando toda su espalda en arco.

-¿Crees poder hacer lo mismo sin morderme fuerte? -Pregunta la pelinegra limpiando con el dorso de la mano su barbilla.

-No prometo nada. -Sonríe llevando a la morena abajo de ella.

Enid tiene más experiencia que la primera vez que tuvieron sexo en la academia, aunque el olor a carbón y romero le embriaga más que el unicornio del olvido, con diligencia mueve su lengua y labios en el centro de su novia, de momentos sube un poco la cara para que sus ojos dorados sean vistos por la morena y es ahí cuando da una mordida.

-Ah... Enid... -El orgasmo lleva las manos de Merlina a la rubia cabellera.

La chicas siguen explorando sus cuerpos, con todos sus sentidos buscan colmar de placer a su pareja hasta que llegan al momento que Enid ha esperado, en una de sus cargadas la cara de Merlina queda justo en su cuello, ella mueve la cabeza para descubrir por completo la zona. Los colmillos de Merlina parecen crecer un poco más y su aliento caliente provoca escalofríos a la rubia, quien expectante abraza con fuerza a la morena pero...

-¿Mordiste la almohada? -Pregunta la rubia con enojo, levantándose y constatando que el objeto esponjoso está desgarrado.

-Enid... -Antes de que pueda dar su explicación recibe una cachetada.

Una Luna y Tres Cuartos de Sangre SuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora