Inmundo Año Nuevo

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-¿Estarán bien? -Pregunta por novena vez en la tarde Sue a su hijo que apenas y está bajándose de la camioneta.

-Claro que sí, en cuanto vuelva a su forma base tomamos la camioneta y pasamos por ustedes.

Llego el día de luna nueva, Eugene y Kent llevan a las señoras Ottinger en la tarde a su puesto y les ayudan a colocar su mercancía, ellos regresarán a la casa donde Kent enlobara y al volver a su forma base para que puedan ir por las mujeres y todos poder descansar, seguro será una noche difícil.

A eso de las 5 de la tarde despues de dejar a las mujeres los muchachos pasan a un mercado de carnes, compran media vaca, 15 pizzas familiares y regresan a la casa. En el garaje colocan toda la comida para estacionar la camioneta afuera, por el tamaño enlobado de Kent el mejor lugar para estar es el garaje así que Eugene se esmera por dejarlo lo mas cómodo posible.

-¿Necesitarás algo más? -Pregunta viendo la carne y las pizzas. -¿Quizá puedo mandar traer carne por alguna app?

-Cuando estaba en la manada de Fredd me daba de comer mucho menos, una vez hasta me comí una piedra debido al hambre que tenía. -Aunque lo dice con ánimo como si contara una travesura el moreno le tomó de la mano.

-Te traerá más comida. -Afirma. -No tienes que vivir con hambre... nunca más.

-Hace mucho que dejé de tener hambre. -Le sonríe. -¿Acaso no se nota? -Desde que está bajo el cuidado de su Bosu y Eugene, el rubio es más fuerte y alto, ya debe andar por el 1.95 m que es nada en comparacion a los 2.20m de Ruthen.

-Pues si quiero que sigas así tengo que traerte más comida. -Mira su celular. -Aún puedo pedirle prestado a mis madres y comprar la otra mitad de la vaca.

-Estaré bien. -Le repite, acercándose para darle un abrazo por la espalda. -Mientras te quedes a mi lado no me falta nada.

Llegan las 10 de la noche y la luna se alza, provocando que el cuerpo del rubio hierba aún cuando está desnudo y se retuerce. No quiere convertirse todavía, tiene un poco de miedo en enlobar en un lugar cerrado, mientras su esposo mantiene su cabeza entre sus piernas intentando bajarle la fiebre con un paño húmedo.

-Tienes que enlobar. -Le comenta el moreno. -Ya te está doliendo.

-Pero...

-Puse un hechizo, no vas a poder salir de la casa y asustar a los vecinos. -Aunque secretamente le gustaría asustar a algunos de ellos.

Llegando a su límite, el ojiazul se levanta del regazo de su esposo y su cuerpo comienza a cambiar, Eugene le mira fascinado, en la escuela los lobos se recluyen en las cabinas lupinas por lo que observarlo enlobar tan cerca le resulta fascinante. Nota como los huesos truenan y se mueven de lugar, la piel blanca siendo cubierta por gruesas capas de vello dorado, el cráneo cambiando su morfología completamente hasta que...

-¡Awooooooooo!– Aúlla al completar su transformación.

-Wow. -El chico se ha quedado sentado en el suelo, maravillado del milagro de la naturaleza mágica. -Kent... -Dice para llamar la atención del lobo que parece no saber muy bien porque está ahí encerrado y su nerviosismo va en aumento. -¿Cómo le haces para verte hermoso en todas tus formas?

"Eugene... Mi Eugene..." piensa el lobo cuando sus ojos dorados se clavan en el moreno y el nerviosismo desaparece.

-¿Tienes hambre? -Le pregunta caminando hacia él aceptando el lengüetazo que le da en toda la cara, que bueno que ya no necesita los lentes o esto seria muy incomodo.

Una Luna y Tres Cuartos de Sangre SuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora