101.- Violetas.

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Después de salir de la incubadora, Angustias y sus madres se dirigieron a la habitación principal, parecía que los problemas se habían terminado, y que al tener a la pequeña en brazos se podrían relajar y así fue para la segunda manada, en tanto la primera...

-¡Eugene, sube rápido! -Grita Enid con su cachorro enganchado a su pecho desde el bloque de escaleras principal. - ¡Merlina lo volvió a hacer!

-¿Otra vez? -El moreno sale de su cuarto semi desnudo, estaba teniendo un rato agradable con su esposo.

-No sé cómo le hace para encontrar cuchillos, según yo, saque todos de la habitación pero... -Ve al brujo usar sus tentáculos para columpiarse entre los barandales y llegar más rápido.

-¿Dónde está su mano? -Es lo primero que tiene que preguntar.

-La dejé encerrada en el frigobar como me lo pediste.

-Perfecto.

Resulta que Merlina no ha dejado de intentar quitarse la mano con la que cacheteo a su esposa hace dos meses, aunque ella le ha repetido en todas las ocasiones que eso ha quedado en el pasado, la morena no deja de hacerlo.

-¡No soy un Addams de verdad! No tengo honor, soy una basura... -Se la pasó los dos meses enteros masacrando a los lobos como un modo de descargar su ira, cuando esta se evaporó después de tener a su esposa y parásito en manos, le inundó un fuerte sentimiento de culpa por sus acciones.

-Y dale con eso... – Musita molesto su amigo. - ¿No puedes pedir perdón con un ramo de rosas y chocolates, como lo hacen los golpeadores normales?

-... Voy a quitarme la vida... -Aún tiene la mano izquierda y el cuchillo para cortarse la yugular.

-¡Era un chiste! ¡Era un chiste! -Dice Eugene corriendo hacia su amiga para evitar que se suicide en lo que Enid saca la mano ensangrentada de su frigobar.

-Waaaaaa, waaaaaaaa. – Angustias a mitad de todo el griterío se asusta y comienza a llorar.

-No necesito tu mano en mi almohada. – Así fue el modo en que se dió cuenta de que se la había quitado otra vez.

-No merezco tener esta mano. –Dice mientras se retuerce entre los tentáculos de Eugene quien la ha sometido para colocarle de nuevo esa extremidad.

-En lugar de quitartela... –Eugene sigue forcejeando. –Mejor utilízala para cargar a tu hija, no seas radical.

Con la mano ya implantada nuevamente y el bebé aún llorando sale Eugene cansado de esta situación, les pide que si tienen que arreglar su asunto de pareja, que lo hagan sin quitarse extremidades, retornando a su espacio donde su esposo y cientos de conciencias que habitan otra dimensión lo están esperando.

-Tenemos que hablar del tema.

-No hay nada que hablar... solo tratar los temas del divorcio, está claro que no soy...

-Jamás nos vamos a separar. -Dice regresando al cachorro a su cuna llena de satin negro con un móvil de animalitos de felpa ensangrentados.

-Deberías, soy una amenaza para tu vida.

-Se supone que la madre que tiene depresión después del parto sería yo. -Y la verdad si la tuvo en esos dos meses que estuvo su cachorro internado, ahora está mucho más calmada ya que puede cargarlo.

-Podemos compartirla si gustas. -El modo en que trato a todos sus amigos, y como fue agresiva con su pareja sin tener sexo de por medio fue inaceptable para un Addams.

Una Luna y Tres Cuartos de Sangre SuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora