Son 2 y Van 3

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El día que Kent y toda su manada tuvo que ir de urgencias con el doctor Ruthen se quedo enfrente del garaje como le indico Merlina, para su mala suerte, lo encontró Fredd.

-¿Peleaste con Kent? -Pregunta el alfa oliendo la sangre de Ruthen y las feromonas de Kent.

-No, estaba enfermo y lo ayudé a ir al doctor.

-Qué basura. -El chico escupe al suelo. -Te dije que no tuvieras contacto con esos omegas descarriados.

-No pude evitarlo, Kent andaba por el árbol al que le colgué una cuerda para entrenar... -Ni en sus peores pesadillas hubiera imaginado ver a su hermanito usando esa cuerda en el modo en que lo vio.

-Como sea. -Se da media vuelta. -Vamos tengo tarea que hacer.

-... No me puedo mover... -Trago saliva.

-¿Por qué?

-Porque... su Alfa me pidió que le entregara un mensaje a la Directora Weems.

-¿Le estás haciendo caso a otro Alfa? -El peli ocre sacó las garras.

-Es por Kent.

Fredd comenzó a golpear al muchacho quien no se defendió, se quedaba quieto, con las manos cubriendo las orejas hecho un ovillo en el suelo, hasta que un profesor los encontró.

-¿Qué hacen? -Pregunta el hombre para detener a los chicos.

-Son cosas de lobo, no puede interferir. -Dice Fredd dándole otra patada a su hermano.

-No se te permite lastimar a los omegas a tal grado. -Le hace notar el profesor. -Además ¿Ustedes rompieron la seguridad del garaje?

-Yo se quien fue, necesito hablar con la directora Weems. -Comenta Ruthen, levantando la mirada del suelo.

-Entonces acompáñame. –El chico se levanta y sacude su ropa, escupe un poco de sangre y sin mostrar emociones comienza a caminar, atrás muy enojado va Fredd. -Solo él me va a acompañar, tú regresa a la torre de los dormitorios.

Muy ofendido el peli ocre se regresa a su cuarto, mientras Ruthen sigue al profesor hasta la oficina de la directora quien al observar al chico pone una cara de tristeza.

-¿Qué le sucedió, joven Sinclair?

-Mi hermano me disciplino. -Comenta sin mucho ánimo. -Pero tengo un mensaje de Merlina Addams.

-Supondré que fue ella quien abrió el garaje y sacó su mustang. -Es igual que su padre, tiene una facilidad nata para abrir cerraduras mágicas.

-Mi hermano menor, Kent, tuvo problemas con su celo y ella lo llevó al licanologo de emergencia.

-¿Qué problema era? -Pregunta consternada.

-No lo sabría decir. -Niega con la cabeza. -Solo sé que es algo con su celo.

-Vaya... -tiene algo de sentido, en sus papeletas lleva quejas de brujos sobre el comportamiento "agresivo" que ha presentado el rubio desde que comenzó el curso. -Gracias por el aviso, cuando lleguen me encargaré de ellos. -Es una emergencia, pero no se pueden salir como si nada de la academia.

- Gracias a usted. -El chico da una reverencia y se va de la oficina renqueando un poco.

-¿No quiere pasar esta noche en la enfermería? -Pregunta, antes de que el peli ocre lastimado, se vaya. -No puedo interferir en sus "costumbres" pero puedo ordenar le que se quede en observación hasta mañana cuando sus heridas sanen.

-... Si no es mucho pedir... -Suspira, no quiere tratar con Fredd en esa noche, aún tiene mucho que procesar.

Pero el enojo de Fredd no menguó con los días, todas las noches lo golpeaba y al día siguiente apenas le quedaban moretones y fue cuando se topó con sus hermanos y tembló de miedo.

Una Luna y Tres Cuartos de Sangre SuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora