Es un regalo

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El tiempo pasa rápido en Nevermore, los brujos acosan a Eugene quien se las arregla para mantenerlos a distancia, de igual modo Merlina sigue ignorando a Sofía cada que esta intenta entablar conversación.

Los lobos mantienen sus rutinas de entrenamiento intensivo para estar preparados por cualquier eventualidad que se llegara a suscitar cuando su alfa firme los papeles para dar de alta al séptimo clan pero en general sus vidas siguen tranquilas y sin complicaciones.

-Hoy terminan temprano de entrenar. -Es lo que dice la morena cuando se encuentra a los lobos a las afueras del cuartel general haciendo sentadillas con pesadas piedras sobre sus espaldas.

-Apenas comenzamos. -Ruthen tira su piedra a un lado suyo, es la más grande de los tres.

-El invierno está aquí. -Señala Eugene, cuándo una fría brisa cruza por todos los presentes.

-Dense un baño y los espero afuera del garaje. -La morena observa el gastado suéter de lana que lleva el mayor de los lobos. -Vamos de compras.

-No es necesario. –Dice el peli ocre antes de que sus hermanitos comiencen a celebrar. -Tenemos ropa invernal y de por si a los lobos nos crece el vello en estas épocas.

-Ni me lo recuerdes. -Bufa Enid. -Me tengo que depilar el doble de veces en invierno.

-Yo solo mantengo mi cara limpia. -Sonríe el rubio. -A Eugene le gusta jugar con mi vello.

-Es solo una protección a las inclemencias del tiempo. -El moreno se sonroja. -No veo razón para obligarte a quitarlo.

-¿Quéééé? -Pone los ojos llorosos. -Pero me dijiste que te gustaba cuando te abrazaba y sentías mi pecho…

-Cuestiones del clima. -Interrumpe el moreno.

-Te gustan peludos ya nos quedó claro. -Enid se cruza de brazos riéndose de su amigo. -Qué suerte tienes Kent. -Ella como omega con rasgos femeninos si tiene que depilarse de cejas a pies.

-A mi tampoco es que me importe mucho. -La ojinegro se encoge de hombros. -Te dejo depilarte porque creí que era lo que querías. -Desde que la conoce pareciera ser una rutina de todas las noches.

-¿Qué te gusta más a ti? -Pregunta la rubia expectante.

-Me da igual. -Puede jugar con el cuerpo de Enid de diferentes maneras si tiene o no vellos en el cuerpo. -Los quiero ver en una hora afuera del garaje, no se tarden.

Con la orden dada todos los chicos van a sus habitaciones, se dan un buen baño, comen ligero y llegan al lugar citado, donde para sorpresa de todos Merlina le pide a Ruthen que tome el lugar del conductor.

-¿Por qué? -Chilla Eugene con cierta envidia. -Llevo pidiéndote que me dejes conducir desde hace meses.

-Aún no conduces bien ni la bicicleta. -Señala la morena cuando están dentro del vehículo.

-Yo también estoy molesta. -La rubia habla desde el asiento trasero. -Deberías ser tú la que conduce y yo la que estuviera en el asiento del copiloto.

-Quiero probar las habilidades de conducción de Ruthen. -Si él va a ser su compañero de trabajo, tiene que estar segura de que puede llevarlos y traerlos a salvo.

-Daré mi mayor esfuerzo. -El ojiazul toma con firmeza el volante para luego arrancar el vehículo y llevarlo a una velocidad estable desde la academia hasta la carretera principal.

-Primero checaremos tu velocidad de reacción… Eugene. -La morena voltea hacia su amigo que va en el medio del asiento trasero y no muy seguro de lo que le piden, toca el automóvil para imbuirlo de su potencial mágico.

Una Luna y Tres Cuartos de Sangre SuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora