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—¿En qué estabas pensando?— Demian lleva una mano al puente de su naríz, y prende un cigarrillo...

Theo coloca sus ojos en blanco. —Crei que serías el único en entenderme.— Brama molesto.

—¡Estoy haciendo todo esto por vos!— Le recuerda.

Theo suspira y cierra los ojos, juega con su navaja y lleva su cabeza hacía atrás. —Lo sé.— Susurra cínico.

Algo que enfurece aún más a Demian. —¡Le estoy mandando todas las malditas pruebas a Albert con tal de que se haga justicia por vos, porque a mí no me interesa en absoluto ayudarlo a él.— Gruñe furioso. —¿Y vos enloqueces la primera vez que lo ves?!— Lo señala echando fuego por sus ojos...

Elena, finalmente se había comunicado con él, cuando Theo logró relajarse y por sobre todas las cosas: poder dormir algunas horas...

Ella, simplemente, le envío un mensaje de WhatsApp comentándole su incomodidad al respecto de cómo él había reaccionado cuándo llego ayer a su casa.

Demian no tuvo que responderle, simplemente apenas se levantó a las siete de la mañana, dejando a la castaña en su cama bien arropada, lo llamó por el radio su amigo para que se presentará de inmediato en su casa, lo estaría esperando en la oficina de lq misma, ya que era sábado, de cualquier manera, por más que fuera fin de semana ninguno de ellos deja de trabajar.

Adela debe de acudir a la reunión con el grupo de la fundación, pero aún tienen un poco más de tiempo para descansar, Demian, sin embargo, suele madrugar todos los días.

—¡No me trates como si fuera un maldito idiota porque se muy bien lo que hago!— Sisea.

Demian sonríe alzando sus manos. —¿La estás asustando lo sabes, verdad? Elena está aterrada, Theo.— Bufa y mira con asco el café descafeinado que tiene frente a él.

—Ese es un problema entre ella y yo.— Suelta, pasando una mano por su cabello.

Demian lo mira cínico. —¡¡Te prometí que te iba a dejar hacer lo que quisieras, siempre y cuándo mantuvieras la cabeza en frío!!— Lo amenaza.

Theo bufa, sintiéndose un niño pequeño. —¡Y la tengo!— Demanda alzando el tono de voz.

—¡Ese imbécil no tiene más que mierda es la cara y vos lo sabes!— Exclama furioso, ahora levantándose, ignorando por completo el café y las tareas pendientes.

—Demian... Se manejar esto.— Lleva una mano a su rostro.

Su amigo lo mira algo escéptico. —¡¿Me amenazó con Adela, vos sabías eso?!— Cuestiona burlón.

El ojiazul niega con la cabeza. —No.— Murmura ronco.

Demian sonríe. —¡¡Sin embargo, eso no fue motivo para caer en la locura, hay que hacerlo sufrir y pagar!!— Le recuerda alzando una ceja...

Theo cierra los ojos. —Lo se.— Brama.

Demian suspira alzando sus manos. —Se lo importante que es esa mujer en tu vida, lo sé antes de que vos te dieras cuenta, porqué sos mí maldito mejor amigo.— Exclama y lo señala.

Theo suspira y baja la mirada, se había comportado como un completo idiota frente a Elena y la había aterrado, con todas esas preguntas y cuestionarios.

—¡¡Tenés que mantenerla feliz, no asustarla!!— Su teléfono suena y lo ignora cortando la llamada, luego abra tiempo para hablar con Leo...

—¡Estoy bien, Demian! ¡Si podemos dejar está charla de hermano mayor te lo voy a agradecer porqué necesito ocuparme del negocio!— Demanda, y suspira, cerrando los ojos, estando verdaderamente debilitado.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora