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—Sos hermosa...— Susurra mordiendo su labio y soltando el agarre de las manos. —Dormí conmigo...— Pide.

Ella arquea las cejas al verlo de ese modo, él jamás pedía algo, simplemente lo tomaba, pero que lo hiciera, le hace reconsiderar el echo de irse a su habitación provisional. —¿Seguro?— Susurra.

—Si.— Demanda ronco.

Adela suspira y se encamina, de nuevo, a la cama, agachándose y tomando la camisa, que hace horas le había sacado al rubio de su cuerpo, colocándosela en el suyo.

—Asi.— La ayuda con los últimos botones dejando tres sin cerrar y la guia hacía la cama para que suba nuevamente. 

Mantienen el contacto visual unos segundos. Y no pasa mucho tiempo para que Adela caiga en los brazos de Morfeo, y de esa manera, también, termine siendo Demián quien se queda completamente dormido al cabo de varios minutos más.

Despertando mucho antes que ella.

 Adela descansa sobre la esponjosa almohada de Demian, mientras que él la mira apoyado en su mano...

Arquea sus cejas y niega con su cabeza rápidamente. 

Los pelos lacios, ya casi secos, le caen en su frente, lo que hace que él, con su mano los tirara hacía atrás. 

Se sorprende cuándo lo ve salir de la cama, rápidamente, sin nada más que sus shorts del chelsea y encaminarse escaleras abajo hasta la cocina. 

—Demian...— Susurra.

Su cuerpo se voltea en la penumbra cuándo ve la pequeña figura de la castaña a dos pasos de él, con sus dedos tocando el borde su camisa, la cual le calza sumamente sexy...

Él deja el vaso y la botella en la mesada apretando sus labios, recorriendo con la mirada sus piernas torneadas, y la expendida figura que le daba la luz de la luna a su cuerpo.

—¿Vas a volver a la cama?— Suspira.

Se siente tonta haciendo esto, hace dos segundos él había estado pidiéndole que no se vaya, ahora simplemente, le agarra la doble personalidad y se va.

Al no obtener respuesta, mueve sus pies descalzos por el frió piso, mientras su pequeña mano agarra la gran mano, frotándole su pulgar suavemente sobre sus nudillos. Lo mira con una mueca en el rostro y lo suelta lentamente dándose vuelta y encaminándose a las escaleras nuevamente, él traga saliva y la sigue.

Adela prácticamente lo guía hasta la habitación, hasta su propia habitación, hasta su cama, subiéndolo a ella y tapándolo. 

Adela se sienta al otro lado, sin darle tiempo a taparse el rubio al notar que la camisa se había elevado un tanto, la toma de la cintura trayendola hacía el, pegándola perfectamente a ese encastre de cuerpos que había descubierto hace horas iba perfecto... 

Él envuelve su brazo alrededor de su cintura, arrastrándola de vuelta a su cuerpo. Su espalda presionada firmemente contra su pecho.

Adela vibra cuándo siente la punta de sus dedos rozar la parte más sensible de su entre piernas...

Él sonríe cuándo Adela lanza un gemido con tan solo sentir su toque. —¿Te hice sentir bien?— Susurra besando la parte posterior de su cuello.

El aliento tembloroso de Adela es la única respuesta que obtuvo. Incluso, toma su muñeca con delicadeza alejándola de su zona, para envolverla en su cintura.

Él bufa... —No tenes ni idea de las ganas que tengo de verte acabar adentro mio...— Gime pegando su boca a su cálida nuca.

Adela suspira agitada, la mano de Demian sube a su vientre plano, finalmente, ella, se relaja y él enrosca sus piernas por sobre las de ella. 

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora