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—¡Llego mí diversión, no se diviertan mucho sin mí chicos!— Derek cierra la laptop cuando la azafata se acerca a ellos a preguntarles que desean de tomar o comer.

Cómo será un vuelo largo, Demian prefirió que viajarán equipados.

—Que lo disfrutes.— Bromea Francis.

Derek se levanta y se aleja con ella poniendo cómo excusa que desea corroborar que hay de beber.

—¿Y?— Eva lo mira divertida.

Francis se da cuenta que aún no le respondió su pregunta y sus mejillas se ruborizan. —No, sólo estoy destemplado preciosa.— Le hace saber.

Eva asiente. —¿No querés una manta?— Pestañea y le sonríe.

Pero Francis no le responde, ataca sus labios con dulzura. Eva enrosca sus dedos en su cabello detrás de su nuca cuando él pasa su mano por su cintura para atraerla más hacia él.

—Necesitaba hacer esto.— Sonríe en sus labios.

Eva lo mira directamente a los ojos con un brillo extraño y vuelve a unir sus labios con lo de él, está vez con un poco más de pasión por parte de ambos.

Llevaban más de cinco semanas y media intentando ver cómo funcionaban ambos en esto nuevo que estaban teniendo, los miedos y las inquietudes siempre estaban presentes pero me ayuda que iban pasando los días y las semanas estas mismas se iban opacando y lo que más se encendía en los dos era las ganas de estar cada vez con más intimidad.

Francis necesita que ese momento fuera realmente especial para Eva porque la amaba, por más que todavía no se lo hubiera dicho, y quería que se llevará una gran experiencia de su primera vez.

A su vez que él estaba muy nervioso por acostarse con ella y no ser lo suficientemente bueno.

Algo que no le sucedía con las otras chicas con las que estaba, y ese era el indicio que le daba de qué Eva era especial y distinta a las demás.

Además de cada vez que quería pensar una propuesta o algo para que se diera esa noche especial las imágenes de su papá hablándole sobre el sexo lo enloquecía y lo sacaban de cualquier contexto que él quisiera crear.

Era perturbador e intentaba por todos los medios quitar a Theo de su mente.

—Gracias por aceptar venir de vacaciones con nosotros.— Le acaricia su mejilla, imposible separarse de ella.

Y agradece internamente a su amigo que esté teniendo sexo con la azafata en el baño para dejarlos solos un rato.

—Tenía muchas ganas de estar a solas con vos, siento que Theo siempre nos mira con burla, y no entiendo porque.— Muerde su labio inferior.

Francis rueda los ojos y sonríe. —¡Es algo interno con papá que me está volviendo loco! ¡Pero ya sabes cómo es!— Explica.

—Bueno mamá y Elena nos miran modos romántico.— Agrega divertida.

—Creo que después de estas vacaciones voy a tener que hablar con tu papá.— Infla su pecho por el miedo que le causa hablar con Demian sobre la relación de su hija.

—Yo creo que papá ya sospecha algo.— Muerde su labio inferior.

—Quiero hacer las cosas bien, y eso implica poner la cara con el jefe.— Sonríe.

Las mejillas de la rubia se llenan de color.

—¿Estás seguro de eso?— Titubea.

Francis sonríe.

La mira divertido. —Estoy seguro de que quiero estar con vos, y que ya me cansé de desaprovechar el tiempo, estas semanas haciendo cosas distintas me dieron la pauta de que me equivoque pensando que no podrías aguantar a mí lado.— Sus mejillas también se ruborizan.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora