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—Lo buscaba a usted justamente.— Responde señalando acusadoramente a Demian desde la puerta.

La cara de Theo era un poema, conocía a su amigo, y en cualquier momento se le iría al humo a Adela Wood, por lo que decide que lo mejor era pararse y ponerse de intermediador entre ambos.

Demian, observa de arriba abajo a la castaña, la cual, se encuentra con un jean boyfriends negro un poco roto, y unas zapatillas all star, en la parte superior tenía una remera corta que dejaba ver muy poco de su plano vientre. La ropa se la había traído su hermano para que tuviera que ponerse y no andar en bata o semi desnuda por una casa que su hermana desconocía.

—Aunque...— Continúa sin dejar que el rubio le responda. —Pensé que me iba a encontrar con un viejo verde, no con un hombre malhumorado... Ya entiendo porque tus aires de superioridad y eso de andar gritando por toda la casa.— Respira una bocanada de aire, alentándose a proseguir, estaba agotada.

Le temblaban las piernas.

De cualquier manera, no se retractaria, estaba allí por una razón y no dudaría en hacer valer sus derechos y cuidar su empresa, intentando reparar el daño que su hermano había generado al ofrecerle el 50% a una persona tan desagradable como lo era Demian Maloy.

—Esto tiene que ser una broma.— Murmura Theo.

Demian le hace una seña para que no diga nada, quiere ver qué tan lejos ella puede llegar.

Adela sonríe en su dirección con ironía. —De todos modos viéndolo ahora, me cierra un poco más la situación.— Sonríe cínica.

Demian alza su barbilla. —¿Y que tenés que comentar de la situación?— Tuerce sus cejas.

—¡Que sos desagradable, un vividor qué va haciendo favores y los cobra de la manera más ruin, probablemente así conseguiste toda esta fortuna vacía!— Escupe con desdén.

Demian, cierra con fuerza los ojos y sus puños, levanta su mano derecha y se la pasa por su cabello de manera brusca, despeinándolo.

 Ella, iba a responderle nuevamente, pero él la toma por sorpresa elevando del tono de voz.

—¡¡¡No se quien te pensas que sos!!!— Se acerca de manera peligrosa, ante la atenta mirada de Theo, dispuesto a salir en defensa de la castaña en cualquier momento.

—Una persona que tiene el desagradable honor de conocerte.— Agrega una mueca asquerosa en su rostro.

Demian esboza una mirada maniatica de costado. —Te aviso que estas en mi casa, y que gracias a mi, estás viva.— Amenaza.

Ella no retrocede a pesar de que él avanza de manera brusca hacia su cuerpo. —¿Y?— Se carajea. 

—Por lo que deberías de tener un poco de respeto y cuidar tu tono.— Amenaza de la manera más cortes posible pero mantiene su tono y le hace entender quien manda allí.

Por supuesto que le sorprende que ella tuviera las agallas de presentarse en su oficina de aquella manera, pero no iba a dejar que eso le impresionará. Por lo poco que había podido llegar a leer en el informe que había mandado a realizar sobre ella para poder encontrar su paradero, sabía perfectamente que era una mujer de armas tomar.

—Ohhh ¡Mira vos!— Finge sorpresa con sarcasmo mientras levanta las manos.

—¿Que?— Escupe con recelo.

Theo maldice negando con la cabeza una y otra vez.

Temía por lo qué le pudiera llegar a pasar a Adela, teniendo en cuenta que no estaba familiarizada para nada ante cómo Demian se tomaba las cosas.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora