175

143 8 0
                                    

—Amor no quiero que lo hagas, si no vas a estar seguro o te va a dar impresión.— Sus palabras son sinceras y espera que él le diga la verdad, porque no quiere incomodarlo en ningún momento.

—Son mis hijos por supuesto que estaré en el parto.— Le sonríe del otro lado de la mesa donde él está sentado.

Mientras están, ambos, cenando dándose los últimos gustos de estar a solas, cómo marido y mujer ya que los días que se vienen van a ser bastante movido para ambos y no creen poder tener intimidad como para tener una cena a solas.

—Lo sé, pero hay muchos padres a los que les da impresión y prefieren a guardar afuera cuando la mujer termina de parir.— Explica con total normalidad.

—Yo no voy a hacer como esos padres.— Arruga su ceño molesto de que la castaña piense que él puede llegar a ponerse incómodo durante el parto.

Es por eso que Adela, ahoga una pequeña risita qué tapa con la servilleta que está utilizando la noche de hoy.

—¿Algo le causa gracia señora Maloy?— Pregunta divertido mientras qué Adela aprieta sus labios para no estallar en una verdadera carcajada.

—En lo absoluto, mi amor, es solo que cuando fuimos a ver la última ecografía te dio un poco de impresión que estuvieran tan realistas.— Le recuerda.

Demian rueda los ojos, mientras que hace un gesto con la mano para restarle importancia a aquello. —Parecía que nos estaban mirando.— Explica y Adela ya no puede con sus carcajadas.

—Sos un caso aparte amor.— Muerde su labio inferior.

—Lo se.— Sonríe con autosuficiencia.

—Sos la persona más temible que conozco en todo el mundo y te da pavor dos bebés.— Arquea una de sus cejas divertida.

—Nos estaban mirando como diciendo "sabemos lo que hacen durante todas las noches mientras nosotros estamos acá dentro"— Acota, obvió.

Adela se ahoga con el vaso de agua y Demian se levanta para ayudarla.

Pero ambos no pueden aguantar las risas de la incómoda conversación que están teniendo.

—Te amo, tanto.— Suspira ella en su abrazo.

—Gracias por cambiar mi vida, me doy cuenta de lo aburrida que era sin vos.— Sonríe chasqueando la lengua.

—Señor Maloy estoy segura que usted se divirtió mucho antes de conocerme.— Rueda los ojos y él sonríe de costado coqueto.

—Puede ser que me haya divertido un poco, pero nadie me voló la cabeza como lo hiciste vos.— Le guiña un ojo metiéndosela en el bolsillo con tal solo mirarla con aquellos ojos tan fríos.

~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~

—¿Ahora?— Demian tiene su boca entreabierta.

Deja caer de su mano el bolígrafo que lleva en la misma ya que la llamada de Elena diciéndole que Adela acaba de romper bolsa y esta por entrar en trabajo de parto, lo había dejado completamente perplejo.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora