—¿Y como estuve?— La pequeña Eva le da un abrazo a sus padres, luego de haber recibido su primera medalla de honores en su segundo años académico.
—Hermosa.— Responde Adela acomodando su cabello con sus pequeñas trenzas recogidas.
—Lo hiciste muy bien, Eva.— Demian le sonríe con orgullo.
Sin dudas la pequeña había salido a su madre, a pesar de su cabello rubio.
—Después de todo el instituto no está tan mal.— Sonríe subiendo sus hombros. —Creo qué puedo con todo esto.— Admite colorada.
—Te dijo tu papá que te gustaría.— Sonríe Adela, completamente orgullosa por la pequeña que tiene frente a sus ojos.
—¡Sí claro mamá! Porque él no vino.— Ambas se ríen cuando él hace una mueca graciosa.
Demian mira a su alrededor cómo su hijo bromea con sus compañeros, junto a Francis.
Habían hecho una buena elección siguiendo los consejos de Albert, estaban anotados con el apellido de la castaña de soltera, para que no tuviera ningún problema con alguien que conociera quizás las actividades extracurriculares de su padre.
De cualquier manera, ya era un instituto muy bien formado, en el cuál la mayoría de los alumnos eran hijos de políticos. Eso era el único temor que le daba Adelq con respecto a si sus hijos iban a poder hacer amistades sinceras y la verdad es que a medida de que iban pasando los cursos se daba cuenta de que habían tomado una gran elección.
Lo que sí no pudieron evitar es el hecho de que los chicos vayan siempre con custodios y los mismos los pasen a retirar los fines de semana cuándo tenía libre, eso llamaba un poco la atención en algunos alumnos, pero cómo la mayoría de los padres priorizaba la seguridad de sus hijos, también la mayoría contaba con custodia.
—No puedo creer que ya vayan a pasar a tercer grado.— Adela emocionada, da un saltito de emocion y se abraza a su hija, mientras que Demian besa su frente.
—Espero que tu hermano se copié un poco de vos y dejé de ser rebelde.— Su padre rueda los ojos.
Adela lo mira molesta. —Amor.— Susurra.
Demian traga saliva inmediatamente ante la mirada perspicaz de su esposa. —Perdon.— Rueda los ojos.
Ella le sonríe besando sus labios. —Tene en cuenta qué es mitad tuyo y mitad mía y lo más probable es que sea rebelde por tu mitad.— Bromea en su oído.
Demian pasa una mano por su cabello mostrándose verdaderamente divertido con toda aquella situación, aúnque, no era del todo divertida si se lo ponía a pensar con esa actitud. —Este mes nos llamaron cuatro veces.— Le hace saber arqueando una ceja.
—Es sólo un niño.— Le recuerda.
Él suspira y asiente. —Lo sé, estoy ansioso por la inauguración que tenemos próxima y probablemente esté cargando todo mi peso en él.— Admite avergonzado mientras que terminan de ver toda la celebración.
—Todo saldrá bien, ya vas a ver.— Adela acaricia con delicadeza su mano y él sonríe.
No hay nada mejor que el tacto de Adela, puede lograr que él se calme, con tal solo prestarle atención.
Y eso es lo que él viene agradeciendo despues de todos estos años, que ella siga estando a su lado a pesar de sus cambios de humor.
Jamás se le ocurría cambiarla, ni tentarse con alguna mujer que se le insinuara, cosa que pasa a menudo, con Adelq lo tiene todo y no necesita más que a ella y la hermosa familia que han logrado, a pesar de que a veces Derek, es quién más problemas le trae.
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EL PROTECTOR
RomanceAdela no corre con suerte, y debe de pagar los platos rotos de otros... Demian Maloy maneja al mundo a su antojo, pero la castaña lo maneja a él... ~>')~~~~>')~~~~>')~~~ Obligada a estar bajo protección en una isla. Su pr...