Para Adela, era completamente todo una travesía el estar haciendo algo así, debido a que su agenda siempre estaba de manera perfectamente meticulosa ordenada de la misma forma qué, también, lo estaba lo que hacía y dejaba de hacer, por ejemplo aceptar subir al cuarto con Demian eran realmente algo que no estaba dentro de sus planes y que si cell hubiera pensado, al menos por unos segundos más claramente hubiera dicho que no.
O al menos, la Adela, anterior, hubiera actuado de esa forma.
—¡Sentate!— Indica señalando su sillón del tercer piso, mientras que cierra sus cortinas con sólo tocar un botón.
Adela traga saliva y tomqa asiento dónde el le había indicado, no podía negar que estaba completamente nerviosa teniendolo frente a ella.
Demian sirve dos vasos de whisky etiqueta azul, mientras que deja la botella en la mesa, y le ofrece uno de los vasos a Adela, quién lo toma alzando una ceja y negando divertida con la cabeza.
—¿Intentas ponerme ebria para que haga cosas que sobria no haría?— Cuestiona mordiendo su labio inferior.
Demian se sienta a su lado sonriendo de costado. —No necesito embriagarte para que hagas lo que quiero... Ya lo hiciste varias veces y estabas muy sobria...— Levanta los hombros y da un sorbo a su vaso.
Adela no tiene ni la menor idea de cómo responder a eso.
La música de fondo acompña perfectamente la noche, al sonido de Kings of leon.
—¿Cómo está el chico que se cayo del techo?— Hace una mueca con su boca preocupada.
Demian, simplemente, coloca sus ojos en blanco dejándole en claro que no le interesa en absoluto hablar de él. —Se merecía lo que le paso... Ya volvió a su puesto de trabajo...— Levanta sus hombros moviendo su vaso sin darle mucha importancia.
—No creo que merezca ese maltrato...— Suspira bebiendo un sorbo... —No es forma de tratar a alguien que trabaja para vos... Uno tiene que mantener a sus empleados contentos.— Se queja apretando sus labios en una fina linea recta.
Él sonríe... Le gustaba esa Adela, era mucho más fuerte de la que había conocido en un principio. Y si bien, siempre se había encargado de demostrarle que no estaba de acuerdo con algunas cosas que hacía, ahora mismo parecía que iba tomando más confianza en ella misma, y eso es exactamente lo que Demian quería lograr.
—Te dejo escapar...— Chasquea su lengua. —Y nadie puede sacarle el ojo de encima a lo que es mio... Y créeme que estoy siendo bastante generoso con su castigo...— Sonríe mostrando su blanca dentadura y haciendo notar su nuez...
Adela lo mira achinando sus ojos, pero a pesar de estar en desacuerdo, su mirada lleva la calma en ella.
—Yo no soy de tu propiedad...— Sonríe sin mostrar los dientes bajando la mirada.
Demian deja el vaso vació sobre la pequeña mesa y toma la barbilla de Adela. —Lo sos...— Susurra en sus labios...
Adela carraspea y traga saliva, dejando su vaso casi vació al lado del que pertenencia al rubio, poniendo sus manos en sus rodillas y levantándose de ese cómodo sillón esquinero.
—Es hora de irme...— Susurra abriendo sus ojos al sentirse sumamente incomoda...
Demian mueve su cabeza a un costado poniéndose de piel al instante en que ella prácticamente lo hizo.
—¿A dónde vas, amor?— Su voz ronca susurra en su oído, al instante de haber salido de la sala de estar camino a las escaleras.
El fuerte brazo, de Demian, posándose alrededor de su delicada cintura, su mano derecha permaneciendo en su cadera.
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EL PROTECTOR
RomanceAdela no corre con suerte, y debe de pagar los platos rotos de otros... Demian Maloy maneja al mundo a su antojo, pero la castaña lo maneja a él... ~>')~~~~>')~~~~>')~~~ Obligada a estar bajo protección en una isla. Su pr...