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Adela, apenas ve a Demian ingresar a la oficina se tensa...

Estaba relajada, el té estaba excelente y lo necesitaba porque el viento en esa zona daba con todo...

Hasta, incluso, había sacado un libro de su cartera para ponerse al día y disfrutar un poco de aquella tan deseada soledad. rápidamente cuando lo vio cerró el libro con fuerza, perdiendo la página señalizada en la que se había quedado.

Ella alza su barbilla mirándolo.

Demian la mira de arriba abajo, esboza una sonrisa de costado y se dirige a Fred que esta en la mesa redonda tomando un café y leyendo el diario. —Fred.— Sisea.

—¡Buenos días, Demian!— Saluda el colorado con una amplia sonrisa.

Demian toma asiento en la silla que tenía enfrente y le asiente con la cabeza a modo de saludo. —¿Se sabe algo del cargamento?— Pregunta.

Fred tuerce la boca y niega con la cabeza. —Hasta el martes no creo que podamos recuperar nada, Jefe...— Levanta los hombros con una mueca de desganado.

Demian se muerde el labio inferior y mira a la castaña de reojo, la misma continúa en su posición, en uno de los sillones ocupada en su agenda...

—No quiero tener que pedirle ayuda a ya sabes quién...— Explica con una mueca de fastidio en el rostro.

—Lo comprendo.— Traga saliva inflando su pecho.

—Así que espero que podamos llegar a solucionar esto sin más inconvenientes...— Insiste.

Fred se tensa, traga saliva, una vez más, y asiente rápidamente con la cabeza. —No creo que haya que llegar hasta él, Demian, espera esta semana y vas a ver que lo vamos a resolver...— Comenta dándole ánimos.

Demian, finalmente asiente, y respira hondo... Le hace una mueca con la cabeza para que se retire.

Y por eso mismo, Fred se para tomando su taza de café y se retira, finalmente, haciendo el menor ruido posible, Adela levanta la cabeza cuando el ruido de la puerta se hace presente en la oficina.

Ahora mismo, cuándo se percata de lo que ocurre a su alrededor, se da cuenta de que Demian se encuentra enfrente de ella a estas alturas.

—Están pintando ya los dos primeros galpones.— Acota.

Ella levanta la vista y lo mira obvia... —Aha.— Murmura.

—No sabía que ya estaba la pintura...— Insiste.

Adela rueda los ojos. —Tres de ellos son pintores, me pareció que ya había quedado en el presupuesto que tiene tu asistente que ellos harían todas las terminaciones, el cercado esta finalizado, el electricista estaba finalizando la cerca de arriba, hicieron muros de ocho metros...— Comenta profesionalmente.

A lo que Demian no puede dar otra respuesta que asentir conforme. —Bien.— Responde.

Adela alza su vista, una vez más.

—Evidentemente la gente acepta cosas sin que el jefe se entere.— Sisea para hincharle la vena.

Cosa que consigue, pero él permanece calmado con su cara de asco hacía ella.

—Solo me asombra la rapidez...— Aclara él.

—Asi trabajamos aca.— Parpadea con autosuficiencia.

—En temas tan chicos no me ensucio, Wood, para algo tengo subordinados.— Comenta con una sonrisa.

—¿A vos no te gustan las cosas rápidas acaso, Maloy?— Le responde con una ceja levantada.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora