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Adela observa a su alrededor. —¿Donde está Evan?— Pregunta al bajarse del flamante Porsche.

Demian rueda los ojos y cierra bruscamente la puerta del piloto, no había nada más que lo pusiera de mal humor que las preguntas tontas.

—En tu oficina, no necesitamos cuatro personas ya que yo puedo cuidarte perfectamente.— Demanda obvio.

 Ella asiente apretando sus labios. —Que modesto.— Murmura subiendo las escaleras del lujoso hotel.

Demian y Gio miran para todos lados, era temprano y la zona era sumamente concurrida, pero sabían cómo manejarse.

—Solo digo la verdad, Wood.— Sonríe sínico a la vez que se coloca a su lado para agarrarla del codo y así apurar su paso.

Adela se molesta, pero no se suelta, ya que no quería hacer una escena en pleno centro. Le era más qué conveniente que se mostrará calmada ante todo aquel qué los pudiera ver y sabía qué Demian Maloy estaba esperando qué ella cometiera la más mínima incidencia para llamarle la atención cómo lo hizo en su vehículo en cuánto tuvo la oportunidad. Y Adela no permitirá qué aquello vuelva a pasar.

—Eso no decías hoy, cuándo... Cuándo ese auto nos perseguía.— Murmura, asustada.

Él solo sonríe burlón de costado.

—¿Te preocupas por Evan?— Pregunta burlón. —Qué tierna.— Hace un puchero falso.

Ella niega con la cabeza ante su gesto con sus labios. —No...— casi grita. —¡Estás poniendo en mi boca cosas que yo no digo! ¡Lo qué estoy preguntando es simplemente porqué ahora estoy condicionada a volver con vos y eso me exaspera!— Aclara.

Demian se rie ante esa respuesta tan exasperada. —No parece, sos cómo una especie de protectora de causas perdidas.— insiste.

Adela tuerce su entrecejo.

 Aquello había sido grosero.

—Quiero... Quiero decir, no es que no me preocupe tampoco, no parece ser una mala persona, pero es un poco arisco conmigo.— Admite alzando su barbilla. 

—Así se debe comportar un guardaespaldas, Wood.— Aclara.

—En tu mundo.— Murmura ironica.

—Tu problema es que estás acostumbrada al imbécil de Tyler, un custodio no tiene que tener ni una sola relación con su custodiado, meramente profesional.— Explica moviendo sus manos.

—¡Claramente tenés problemas!— Acota Adela rodeando los ojos.

—Todos los hermanos Strof trabajan para mí y saben perfectamente comportarse.— Aclara.

Ese es un dato que la castaña desconocía y guarda para si misma.

—Supongo que si.— Comenta pensativa. 

Él vuelve a clavar sus ojos en los suyos, sabiendo el efecto qué tiene su mirada. —¿Entonces que es lo que te preocupa para que te lleve a hacer esa pregunta?— Se bufa de ella.

—Que haya alguien que aún quiera molestar.— Responde dulcemente. 

Demian sube sus hombros. —Eso siempre pasará.— Asíente suspirando. 

—¡Eso no me deja tranquila!— Se queja.

Ahora él, vuelve a hacer un movimiento con la mano restandole importancia. —Estás a salvo conmigo, Wood, ya te lo dije.— Sisea casi en su nuca.

Ella se estremece al sentir su aliento caliente chocar contra su piel.

Pero cambia su rostro cuando ven que los están esperando.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora