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Theo llega a la casa cerca de la hora de la cena, los invitados ya estan la mayoría en el living tomando unos tragos y fumando puros... 

Visualiza a Demian, quién apenas lo ve, se para y se encamina al escritorio.

Dándole, la clara pauta a su mejor amigo de que le urgía de manera inmediata hablar con él.

Es por eso mismo, que Theo saluda rápidamente a todos con la mano y se encamina a seguir a su jefe.

—Aca vamos.— Murmura divertido, mientras que Demian se apoya en el escritorio y se cruza de brazos mirando hacía la puerta.

—¡Veo que ya solucionaste todos los inconvenientes!— Lo mira irónico.

—¿Tampoco da para que me esperes cómo si fueras el padrino no te parece?— Sugiere cerrando tras de él la puerta. 

El rubio frunce la boca, y se muerde el labio manteniendo la calma. —Theo.—Sisea...

—¡No es para tanto, Demian, al menos no para que me esperes así!— Bromea para intentar calmar un poco el ambiente, ya que claramente su amigo no esta del todo con ánimos.

—Explícame vos como queres que te espere entonces...— Levanta las manos esperando una respuesta. 

Theo se pasa la mano derecha por el pelo, despeinándose. —Me llamo Strof corriendo, diciendo que era código purpura, y tuve que irme, Demian... En lo único que pensé fue en el código, nada más en eso.— Explica moviendo los brazos.

Demian sigue en la misma posición mirando a su amigo. —¿Por qué no me avisaste?— Indaga con su ceño torcido, al mismo tiempo que Theo se tensa.

Y levanta los hombros confundido.

—¡¡¡No se me ocurrió en ese momento, quería saber que pasaba, ver si era algo jodido o no!!!— Admite subiendo sus hombros...

—Y si estaba desangrada y muerta en el asfalto seguramente me lo habrías comunicado ¿No es así?— Cuestiona de mala gana elevando el tono de voz.

—¡¡No es así tampoco, Demian!! ¡¡Si hubiera sido así Steof me lo hubiera dicho!! Se lo escuchaba agitado corriendo y me corto la comunicación, intente llamarlo, si no me atendían a mi a vos tampoco.— Explica.

Demian eleva las cejas escuchándolo con atención.

—¿Parece que ser el jefe no tiene mucha autoridad por acá, no?— Chasquea la lengua. 

—Demian.— Lo llama suspirando...

Era más que suficiente los días que él estaba teniendo como para tener que tolerar un descargo de esa magnitud por parte de su mejor amigo, cuándo tan solo había actuado de la manera más rápida.

—Yo creo que si los llamaba yo, me habrían atendido, a no ser que quisieran tener dos tumbas a esta con sus nombres.— Comenta rascándose un ojo y apoyando las manos a ambos lados de su caderas sobre el fino escritorio.

—Me puse nervioso.— Admite poniendo las manos en su cabeza y caminando por la habitación. —¡¡Lo admito, Demian, me puse nervioso porque no tenía ni la menor idea de cómo te lo ibas a tomar, y tan solo pensé que probablemente ella te interesa más de lo que querés admitir!!— Confiesa levantando las manos.

 El rubio niega con la cabeza. —¡¡No puedo creértelo, Theodore, sos un hombre que trabaja en esto desde que sos casi adolescente, y que te pongas nervioso en una situación así, es algo que realmente me deja sin palabras!!— Exclama.

—¡¡Solo hice lo que tenía que hacer... Si vos llegabas a estar ahí la habrías retado, la habrías humillado!!— Le recrimina.

 Demian lo mira como si no entendiera lo que dice... —¿Con justa razón, verdad?— Indaga divertido.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora