EL PROTECTOR

52

—Necesito que encargues un ramo de flores para que le llegue a la madre de Kram, mañana.— Pide.

Kevin anota rápidamente en su agenda.

—Despreocúpate que yo me ocupo.— Le guiña un ojo.

Adela suspira relajada. —14:40hs. conferencia con Francia.— Murmura.

Kevin asiente tachando en su agenda algo. —¿Va a participar Lucien?— Pregunta.

Ella asiente, dándole a entender que no le queda de otra alternativa.

Kevin anota en la agenda.

—15:30hs. Tengo que ir a comprarle a mi hermano una torta de merengue, y tengo que pasar a retirar unos juegos de play que encargue en PlayStation, el del centro.— Explica rodeando los ojos.

—¿Podemos mandar una moto si queres, no?— Propone.

Ella lo piensa, y mira su agenda, para luego asentir. —Si, suena bien.— admite mirándolo.

—Bien.— Kevin, sonríe.

—Y que lo lleven a casa, total el está allá...— Pide Adela. —Así me da tiempo para hacer dos planos más, para poder entregar mañana o hoy mismo.— Piensa.

Su asistente asiente de inmediato.

—16:30hs. Hablando de planos, va a venir Susan de la firma Toms, vamos a planificar su nueva fabrica.— Comenta. 

—Ok.— Susurra.

—¿Tenes lo mismo?— Cuestiona.

Kevin afirma con la cabeza. —Puedo pedir a la panadería que te agreguen una torta para ofrecerle algo dulce.— Propone.

Ella sonríe contenta con la propuesta. —Unos muffins tambíen, viene con su hijo pequeño.— Piensa.

—Esa mujer no sabe lo que es una niñera.— Brama Kevin.

Adela sonrie y niega con la cabeza. —Parece que no.— Sonríe. —Aunque ese nene es un encanto.— Asegura con brillo en sus ojos.

—Si vos decís.— Kevin, no parece estar en absoluto de acuerdo con sus palabras.

—Voy a estar el resto de la tarde terminando los planos, te doy los de Minch para que lo mandes por moto, y para que escanees y le mandes por email, el cad, y lo escaneado para que no pierna nada.— Suspira.

Kevin asiente. —Anotado.— Responde.

—Necesito que le pases a la gente de pagos, las horas extrás que hicieron los chicos en el galpón de Maloy.—  Pide.

Kevin sonríe maldicióso al escuchar eso, mientras que asiente y pasa en su agenda. —¿Tenes los nombres?— Cuestiona.

Adela asiente ojeando su agenda, hasta dar con una hoja arrancada con nombres.

— ¿Quedo todo bien allá, no?—Arquea sus cejas en su dirección.

Adela lo observa haciendo un movimiento afirmativo con la cabeza estando más que segura. —Si, parece una muralla imparable.— Suelta con asco en su voz. —Muchísima seguridad ahoga a cualquiera.— Agrega.

—Temas de ellos... Qué es mejor no pensar y no meterse, es preferible evitar dolores de cabeza...— Le recuerda, levantando los hombros y poniendo su rostro un poco de costado acompañado de una mueca de labios.

La castaña asiente suspirando.

—Acá están todos los planos, y tambíen está anotado bien en chiquito a que obra pertenecen, por si se llegan a atrasar sabemos que es porque no trabajaron dos días... Por lo cuál tenemos que tener ese contemplamiento...— Le entrega la hoja.