EL PROTECTOR

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—Les pido un minuto de su atención por favor.— Sonríe con una copa de champagne en su mano.

Mientras que la castaña lo mira a un lado de Kevin con sus mejillas ruborizadas.

—Quizás sea un poco más de un minuto.— Ya todos los invitados están alrededor formando un semicírculo en el cual Demian es el que destaca, y ante su comentario todos ríen.

Él sonríe de costado y relame sus labios mirando hacia el suelo. —Quizás muchos no lo sepan, pero hace ya algunos meses, por no decir un año y monedas, apareció alguien en mi vida de manera muy espontánea y sin planeamiento de ninguno de los dos que me parecía completamente irritante.— Inicia.

Theo se ríe y Adela se ruboriza aún más si eso es posible.

—Pero aquella chiquilla que yo creía que era así, me enseñó que era una verdadera mujer, capaz de estar al lado de alguien como lo soy yo.— Sonríe.

Mirando a su mujer, quién lo mira con sus ojos cristalizados.

—En un sinfín de veces, me comporte de manera espantosa y terrorífica con ella y sin embargo, seguía estando ahí para mí, tolerando mi forma de ser, mis amistades, mis negocios y por sobre todas las cosas mi carácter.— Comenta y todos suspiran completamente enamorados de su discurso, pero quién más orgullo tiene es Albert, quién lo escucha atentamente con sus pecho inflado de felicidad.

—Adela, mí prometida, me enseñó muchas cosas de las cuales yo estaba seguro que no necesitaba.— La señala y le hace un gesto con la mano para que ella se acerque.

Kevin la empuja con disimulo para que pierda la vergüenza, y ella apretando sus labios camina delicadamente hacia Demian, quién la toma de la cintura con dulzura.

—Esta mujer cambió mi vida por completo, cuándo yo estaba seguro de que nadie podría hacerme cambiar y tampoco quería que me cambiaran, pero a veces hay que admitir que uno se equivoca y estoy inmensamente agradecido de haberme equivocado de esta manera, quiero agradecer a todos que estén hoy con nosotros festejando nuestro compromiso, a mi familia.— Mira a Theo, gio y Seth y luego fija su mirada en Albert.

Él mismo escurre una lágrima de sus mejillas.

—A mis amigos, socios y colegas, gracias por compartir esta noche con nosotros.— Levanta la copa y todos brindan. —Y por último, pero no menos importante, gracias a vos, amor, por haber aceptado casarte conmigo.— Finaliza.

Todos comienzan a aplaudir cuando él la besa y Adela enrosca sus brazos en su cuello de manera delicada, tienen que separarse porque Theo comienza a saludarlos y así todos los invitados, felicitando a ambos.

—Bienvenida a la familia, siempre quise que fueras mí hermana.— Susurra.

Ella lo abraza y evita llorar, pero el emotivo abraza habla más qué por si sólo, Elena es la siguiente y Adela también la abraza con emoción.

—Me alegra que estés al lado de Theo y podamos ser amigas y familia.— Sube sus hombros tímida al decir aquello.

Pero era algo que de verdad tenía ganas de decirle a la rubia desde hace un tiempo en que llevaban de conocerse.

—¿Que acabas de hacer?— Muerde su labio inferior ruborizada cuando todos ya lo felicitaron.

—¿Estuvo muy mal?— Bromea alzando una ceja.

—No.— Sigue ruborizada.

—Recuerdo que te enfurecian mis discursos.— Acota.

Ambos se ríen y ella niega con la cabeza. —Mucho.— Recuerda.