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—¿Quién era?— Tuerce sus cejas.

Theo suspira pasando una mano por su cabello, claramente su mujer se daba cuenta de absolutamente todo y no podía haber manera de que inventara una excusa en su cabeza para lo que sabía que le tenia que decir.

—Mi amor necesito hablar con vos.— La toma de las manos y ella le sonríe.

Elena sonríe mordiendo su labio inferior. —¿Que sucede, bebe?— Toca su panza y Theo traga saliva incómodo.

—Tengo algo que contarte, algo que no quiero contarte pero tengo que hacerlo porque es mi responsabilidad, y además es algo que tenés que saberlo.— Infla su pecho.

Al mismo tiempo que el rostro de Elena comienza a desfigurar aquella sonrisa.

Se da cuenta de que no es nada que le pueda caer en gracia, más bien lo contrario, por eso mismo sus sentidos se alertan cuándo ve qué él está muy nervioso y no deja de pasar sus manos por su nuca y su cabello.

—Eso es raro, vos no soles ponerte así por nada. ¿Que está pasando?— Arquea sus cejas preocupada.

Su esposo entrecierra los ojos. —Si... Yo... Carajos, no se cómo decirlo para qué no sea tan malo.— Traga saliva y pasa una mano por su cabello preocupado y nervioso.

Su teléfono vibra pero lo ignora.

Es Demian, y no tiene tiempo de explicarle qué está intentando decirle a su mujer lo que acaba de pasar, mientras que al mismo tiempo piensa como hacer para que ella no se haga mala sangre.

—¿Diciéndome la verdad?— Arruga su entrecejo.

De forma acusadora.

Theo brama, pasando una mano por la comisura de sus labios. —Amor...— Suspira.

—¿Que es lo que pasó?— Aprieta sus labios.

Theo se acerca más a ella y la hace tomar asiento en el sillón, para él sentarse en la mesa ratona frente a ella.

Su cabeza va tan rápido, que necesita tomar los recaudos suficientes para que ella no la pase tan mal, en esta situación. Al mismo que está más que ansioso por decirle la verdad, ya que cuándo se lo diga, claramente, ella estallara en llamas por esperar tanto para decirle todo.

—Pasó algo con los chicos pero ellos están bien.— Susurra lentamente.

El color del rostro de Elena se desvanece. —¿Q...UE? ¿Que... sucedio?...— Sus ojos vidriosos se hacen presentes.

—¡Están en la clínica, en observación!— Relame sus labios preocupado de cómo su mujer embaraza se tome aquella noticia.

Elena se levanta y asiente... Lo mira, más de una vez, pero no dice ni una sola palabra.

—¡Amor!— La llama pero la rubia busca su cartera por su cuarto.

Se la nota alterada, y para cuándo Theo la toma de los hombros con delicadeza Elena lo mira ya llorando.

—¿Están bien ambos, verdad?— Susurra.

Derek era más que él hijo de Adela y Demian para ellos.

Ambos eran importantes para las dos familias.

—¡Están bien, mí amor!— La toma de las mejillas cuando Elena pierde por completo el control de su cuerpo.

—¡¡¡Elena!!!— Theo la toma en brazos tocando su mejilla con su mano libre. —¡No me hagas esto, mi amor por favor!— Súplica desesperado.

Intenta regular el aire y no entrar en crisis.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora