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—Gracias, Kevin.— Sonríe.

—Estoy haciendo el pedido.— Anuncia.

Ella se percata, por eso sigue comiendo, y revisando los puntos para comentarle a Kevin antes de olvidarse. —¡Sos el mejor!— Sonríe.

—Ya le aclaré lo de las cien invitaciones.— Asegura.

Ella asiente. —Genial.— Palmea sus manos.

—Perdón, la demora.— Saca la cabeza del conmutador, para darle importancia a su jefa.

Adela niega con la mano entre risas. —Por favor, sos lo más cómo asistente y amigo, jamás me fallaste, sos lo más rápido y eficaz. Así que es innecesario qué pidas perdón por colgarte trabajando.— Agradece mostrando sus lindos dientes...

Kevin la mira ruborizado. —Yo tengo que estar agradecido de vos.— Le guiña un ojo.

—Me alegra tenerte a mi lado.— Le toma la mano y le da un leve apretón.

—Gracias por la posibilidad.— Señala todo a su alrededor.

 Adela le resta importancia.

Y luego coloca sus manos sobre su escritorio. —Bueno, pasemos a la lista de invitados entonces.— Informa, pasando de hoja, sacado esas dos sueltas que tenía.

—¡Me respondieron!— Casi grita Kevin entre risas.

—¿¡Si?!— Exclama contenta y emocionada.

 El mismo asiente con demasiada efusion. —En dos horas, están listas las cien invitaciones, las cuales apenas le enviemos la lista las enviarán.— Canturrea.

Adela asiente y anota de nuevo en sus papeles. —Excelente.— Sonríe.

 —Luego, mañana harán y enviarán el resto.— Mueve sus hombros.

La castaña sonríe una vez más soltando el aire contenido en sus pulmones.

—¡¡Wow, más rápido de lo que pensábamos!! Mejor mejor mejor.— Exclama moviendo el bolígrafo.

—La verdad que sí.— Sonríe.

—Respecto a la lista de invitados.— Mueve sus dedos pensando. 

—Si...— La mira para que continúe.

—Estos son de mera importancia. Los dividí en seis mesas de doce personas.— Aclara, pasandole la primer hoja.

Había proveedores, grandes acreedores que acostumbraban a trabajar con la firma, y firmas amigas que siempre venia bien tener contactos.

—Amo tu organización.— Admite.

—En esta otra, tengo lo que es el personal administrativo de la empresa, y están acomodados en cuatro mesas de quince personas también, estarán un poco apretados, pero ellos no asisten con familia, ya que sería una locura, y es una buena idea para que tengan relación con el personal de trabajo.— Aclara, mientras le muestra los grupos que había armado.

Cómo era costumbre sólo el personal de administración era invitado, ya que los obreros, o jefes de obra no eran empleados constantes, a veces contrataban por día trabajado, ya que es un rubro que suelen faltar mucho, cosa que Adela detestaba. 

—Tenemos 132 personas por ahora y un total de diez mesas, estoy pasando la lista para que al finalizar el conteo poder enviarla a la imprenta, además de la del señor Maloy que es para hoy.— Muerde su labio inferior.

Ella asiente. —Hace tranquilo, yo se que vos me escuchas, te conozco, trabajamos juntos hace mil, Kevin.— Comenta relajada tomando otra hoja. 

—Gracias.— Sonríe.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora