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—Me dejas sin palabras cada vez.— Sonrie.

Elena infla su pecho.

Usualmente hablaban por mensaje de Whatsapp, o Skype, pero si Theo la estaba llamando es porque algo importante le estaba sucediendo.

—¿Que ocurre?— Muerde su labio inferior.

Él sonríe sin poder creerlo. —¿Qué pensas si te digo que tengo la vida de una persona en mis manos? ¿Si esa persona es uno de los causantes de que mi hermana no este más en este mundo? ¿Si te admito que muero de ganas de matarlo de la manera más cruel y asquerosa? ¿Qué pensas si te digo que me siento una mierda por hacer lo mismo que esa persona hace, pero que a la vez me siento conforme con esto?— Suspira tragando saliva.

Elena entre abre sus labios, estaba levemente confundida...

Porqué intentaba hablar muy poco de este tipo de cosas y ella sabía perfectamente que él se había hecho cargo de la persona que había generado todo eso, es por eso mismo que se ponía a pensar y a deducir en su cabeza, que probablemente podría llegar a ser algún hijo o familiar que estuviera manteniendo el negocio familiar.

Y conociendo a Theo, iba por la venganza extrema de todo.

—Theo...— Cierra los ojos.

Se arrepiente de no haber podido dejar su maldito trabajo por la amenaza de que algo le pasara a la única persona que amaba, se maldice de no estar a su lado, porque probablemente estuvo toda esta semana fingiendo que estaba bien, cuándo en realidad no era de ese modo.

—Me vuelve loco la idea de estar contándote esto a vos, pero encontré en vos esa calma que necesito para centrar mis pensamientos, y ese imbécil te conoce, Elena, te conoce y no tengo idea si me miente cuándo dice que te tuvo, y me está matando ese pensamiento.— Vuelve a suspirar pasando una mano por su pelo desesperado.

Elena abre sus labios y los vuelve a cerrar, de manera inevitable las lágrimas están cayendo por sus mejillas. —Theo, tranquilo, no pienses en eso, amor. Lo está haciendo para fastidiarte, porqué sabe que está completamente perdido.— Lo llama ahogada.

Él aprieta sus labios con fuerza, teniendo una gran lucha interna consigo mismo.

—Yo soy esto, y yo necesito escuchar de vos lo que pensas de mí, no puedo prometerte que voy a dejar esto o que voy a cambiar, puedo prometerte darte el cielo y la tierra al mismo tiempo, protegerte con mi vida, e intentar hacerte la mujer más feliz que pueda existir, pero lo que yo no puedo dejar es a la familia que nació prácticamente conmigo, pero necesito que me digas que estás conmigo, Elena, qué no estás asustada de mí.— Susurra estás ultima palabras pensativo...

Elena sonríe con dulzura, sin poder dejar de llorar, Theo, la estaba llamando para pedirle su permiso.

—Todo estará bien, Theo. No dejes que tus demonios te rompan o te jueguen una mala pasada.— Pide cerrando los ojos.

Theo maldice. —Te necesito, Elena, no me entra en la cabeza porque no viniste, porque me rechazaste, de nuevo.— Sisea frustrado.

Juego con sus zapatillas moviendolas mientras se acomoda en la baranda, perdiendo su vista en el agua y las olas romper.

—Creo que sos una persona increíble, que no tuvo la vida fácil, lo cuál eso te hace aún más fuerte. Se que lo que haces lo elegiste hacer, pero no por eso sos una mala persona. Cuándo uno tiene convicciones y llega lejos con ellas lo que a mi me gusta destacar es el valor de la persona y el esfuerzo que tuvo que hacer para llegar hasta allí.— Infla su pecho soltando sus palabras.

No podía decir la verdad de lo que ocurría detrás de su maldito y asqueroso trabajo. Menos que menos, sabiendo cómo es que Theo se lo iba a tomar.

—Elena...— Hace una mueca con la cara sin poder creer que ella le dijera esas palabras tan lindas a una persona tan desagradable.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora